Lejos de encontrar una solución a los problemas, estos no paran de crecer. El ejemplo más ilustrativo con el que el equipo de Gobierno (PSOE-IU) debe lidiar desde que tomó el poder en Peral es variado. De entre los innumerables frentes que mantiene abiertos, hay uno sin duda - y que fue baza política- es el que atañe a las empresas municipales.
Éstas, las que iban a hallar la viabilidad a su negro futuro y una mejor suerte después de una tormentosa oposición y diana de todos los reproches, el tiempo no deja en buen lugar a los que aventuraron un mejor discurrir en las entidades municipales una vez tomaran el mando.
Uno de los objetivos de éstas era normalizar su funcionamiento y optimizar sus recursos con una fusión de la que ya el propio líder de IU, Antonio Fernández, se encargó de anunciar su imposibilidad de poder hacerla. Las auditorias prometidas hacer “nada más llegar al Gobierno” han quedado en eso, en meras promesas electorales.
Al igual que el giro continuo respecto a qué hacer con unos entes que no hallan frenar su lastre. A la espera de encontrar, al fin, con el camino a seguir, los que sí hablan con argumentos sólidos y meridianos son los números, los que ilustran que el mal endémico de las empresas municipales como Suvipuerto, la misma que ya este mismo medio anunció semanas atrás que en dos años, se había endeudado en más de 84.000 euros, no tienen fin.
El efecto contagioso se conoce con unos números que empeoran y que muestran con crudeza la falta de medios ofrecidos para paliar su mal como es Impulsa El Puerto, que cierra su ejercicio con unas deudas de más de once millones de euros de pérdidas.
Una deuda de un Ayuntamiento que no para de crecer y de sucumbir a la falta de medidas que hagan paralizar un déficit preocupante y que ya obligara al Ministerio de Economía y Hacienda a tomar las riendas de un Consistorio atado en corto a un Plan de Ajuste que controla y supervisa las cuentas, las cada vez menos clara del municipio.
Para entender la deuda acumulada en el pasado ejercicio 2016 hay que observar con detenimiento las operaciones realizadas por Impulsa durante este año y su anterior. Llama poderosamente la atención cómo de todas las operaciones en las que están inmersas las naves vendidas por el ente público en el polígono, todas, sin excepción, se logran vender por debajo de mercado. Todas.
Un ejemplo es la nave de Cupimar, tasada en 280.643 euros y que se termina vendiendo en 180.000 euros. 100.000 menos de su valor inicial. Como esa, todas en mayor o en menor cuantía. O como los módulos de oficina o parcelas son un ejemplo.
Despatrimonio peligroso
De entre las pérdidas conseguidas, como la anulación de la Zona Naranja, a pesar de ofrecer positivo tras la venta de materiales como los parquímetros, o la no compensación del puente del polígono de Las Salinas fijado en unos ocho millones de euros, ha supuesto también otra pérdida de riqueza patrimonial.
Como el déficit generado por los aparcamientos de Bajamar II, que dejó un negativo de 14.000 euros o el de la Pasarela que arrojó unas de casi 3.000 euros y, que tal y como apunta el informe del gerente de Impulsa apunta y del que ha tenido acceso este medio, señala que al igual que el de Bajamar II, ofrece “pérdidas en todos sus años de explotación”. Impulsa Aparca arrancó también 1.478.644 euros de pérdidas.
Contradiciendo a lo expuesto por Antonio Fernández, el pasado Pleno en la intención de fusionar a las empresas municipales, su gerente habla abiertamente de ser “compatible” en la intención de unirse en un único ente englobado con Suvipuerto y El Puerto Global. Casi dos meses desde que éste enviase una misiva e instara al alcalde a una actuación correcta, Miguel Ángel Zarzuela, en una carta y un plan de viabilidad, finaliza la carta recordando que “llegados al punto en que nos encontramos, no podemos permitirnos no actuar”.
Las acciones debieran paliar las pérdidas para no verse obligados a una disolución.
3,7 millones por no hacer el parking de Plaza de Toros
A la espera de que el otro parking, el de Pozos Dulces, consiga finalmente del Área de Urbanismo la licencia que le permita nuevamente reanudar las obras en su construcción tras permanecer ya un mes y medio paralizadas, el otro aparcamiento subterráneo proyectado y financiado por el Fondo Jessica, tendrá un desembolso en forma de indemnización importante al decidirse no construirse en el entorno de la explanada adyacente a la Plaza de Toros.
Y es que tal y como en su programa electoral mantenía el PSOE en las pasadas elecciones locales de 2015, dar marcha atrás en un proyecto que iba sujeto a la construcción de ambos aparcamientos de manera obligatoria, las arcas municipales verá que esa decisión unilateral tendrá un coste superior a los tres millones de euros (3,7 para ser más exactos) por declinar su puesta en marcha, a pesar de conocer las consecuencias en la decisión final de no construirse.
Pagar por no construir no ha sido ni mucho menos una decisión bien asimilada por buena parte de los ciudadanos que ven de esta manera que ya no solo frena una infraestructura de gran calado en la que las mejoras a realizar supondrían poner en alza una ubicación que acoge al monumento más visitado de toda la provincia de Cádiz, sino que también habrá que pagar por no hacerlo.
Su gerente: “La situación es crítica”
Nadie como su gerente, Miguel Ángel Zarzuela, como para valorar y enjuiciar la encrucijada en la que está envuelta una empresa con la que si de algo se caracterizaba años atrás era la de contar un con una solvencia y con un patrimonio que le hacían ser un ente con la suficiente fuerza económica para arrojar siempre números positivos. En cambio, las actuaciones que se han estado llevando a cabo en los dos últimos años no son sino ser una empresa “ruinosa”, tal y como desde los propios pasillos definen el estado actual. Su gerente habla como elemento clave y “soy consciente de la importacia de la voluntad política”, al igual que trabajen de manera coordinadamente para su desarrollo por parte de trabajadores, consejo de administración, técnicos municipales, equipo de Gobierno y el Pleno del Ayuntamiento”, suscribe en la carta mandada al alcalde.