María Plácida Macías García se llamaba, aunque siempre renegaba de Plácida y le gustaba que la llamaran Mari. Falleció en la mañana de ayer en el Hospital de Puerto Real a los 83 años de edad. Era una de las incansables hermanas Macías, y al igual que todas, un claro ejemplo de mujer trabajadora. Siempre ha estado relacionada laboralmente con el Ayuntamiento de la ciudad, primero trabajando como costurera y luego como personal de limpieza, jubilándose a los 80 años de edad.
Llevaba tiempo luchando contra el cáncer de mama, pero aun así nadie podía quitarle una sonrisa de la cara y sus ganas de vivir, porque incluso estando mala tuvo el valor de pintar su casa poco a poco. Era muy devota de la Virgen del Rocío y de Santa Ángela de la Cruz, imágenes a las cuales les tenía especial devoción.
Recuerdo las buenas tardes de verano que pasábamos todos en la piscina y cómo te gustaba sentarte en el pico de la misma a tomar el sol, y cuando nos confeccionaste en una tarde unos trajes plateados para salir en la cabalgata de los Reyes Magos.
También recuerdo nuestra última conversación, el domingo. Me preguntabas sobre mi viaje a Italia y me decías que te gustaría volver a Florencia a visitarla con más calma, porque quedaste fascinada con la ciudad y tuviste poco tiempo para verla.
En tu nombre, me gustaría agradecer al personal que te atendió tan amablemente en el hospital porque sin duda lo harías.
Eras una persona cariñosa y dejas un gran vacío entre las personas que te queríamos y sobre todo en tu familia. Seguro que estás ya en un lugar mejor, sin ningún tipo de dolor, y te habrás llevado una grata sorpresa.
Tu hermana Nina y tu amiga Loli Flor, que se marchó unos días antes que tú, te estarán esperando para tomarse esa tapita que te querías tomar con ella cuando te pusieras buena, pero esta vez en alguna de las terracitas que hay en el cielo.