Entrevista-charla entre amigos de experiencias y sensaciones vividas a lo largo de su vida. ¿Cómo entras en Eurovisión y cuáles han sido tus mejores trabajos? -Pues yo grababa con mucha gente de la época como Marisol o Miky y los Tonis y ya me conocían en Madrid y, como era la primera vez que iba un coro a Eurovisión, pues pensaron en nosotras, el famoso trío “la, la, la” conformado por mis compañeras y amigas María Jesús, Cristina y Mercedes (yo misma, vamos). Al principio íbamos a cantar con Serrat, pero este al querer cantar en catalán decidieron cambiarlo por Massiel. De las tres que conformamos en aquella época el “trío” yo he sido la persona que ha ido más veces a Eurovisión: fui con Massiel, Karina, Sergio y Estibaliz, José Vélez y Cecilia. En mi vida he cantado con muchos cantantes como Julio Iglesias, Nino Bravo, Karina, Raphael, Fórmula Quinta, Cecilia o Luis Aguilé. He hecho mucha televisión y galas, aunque sobre todo me he dedicado a cantar las sintonías de famosas series de televisión o doblar a personajes como “La abeja Maya”, “Fraguel Rock”, “Barrio Sésamo”, “La dama y el vagabundo”, la banda sonora de Tarzán con Phill Collins o la Cerdita Peggy (donde grabé toda la serie).
¿Qué recuerdos tienes de la ciudad?
-Siempre he sido usuaria de la playa de la Puntilla y desde siempre me ha gustado, cosa que sigo haciendo actualmente. Recuerdo que me pasaba toda la Feria bailando. La calle Larga y el Parque Calderón, zonas de paseo por antonomasia en la ciudad. Por supuesto, el cine Macario donde tantas tardes he pasado disfrutando del mismo; también recuerdo con nostalgia los piñones que comprábamos y comíamos en la esquina. El Vaporcito, medio de transporte que para mi fue importante, ya que acudía a estudiar piano con Doña Carmen del Castillo a Cádiz. También recuerdo que empecé a cantar zarzuela con el Maestro Dueñas, en los conciertos de Santa Cecilia donde también tocaba el piano.
¿Cómo ves actualmente a El Puerto?
-Noto que para ser una ciudad de 90.000 habitantes está falta de vida, falta de alicientes. En verano se nota más movimiento pero el invierno aquí es muy triste. El centro se ha despoblado y hay muchas casas vacías. Si sales un sábado por el centro no hay nadie, a menos de que salgas por la mañana y vayas por la zona de la plaza de abastos. Es un crimen que tengan así al Vaporcito, emblema de la ciudad durante muchos años. Deberían moverse algo por él, habría que solicitar algún tipo de subvención para su reparación. Tanto el Parque Calderón, como la avenida Micaela Aramburu, están muy tristes sin sus palmeras; se entiende que hay crisis, pero para ganar siempre hay que invertir. Hay que decir que la Plaza Peral y la zona de la Bajamar están muy bonitas y me alegro de que el Ayuntamiento haya vuelto a su sitio. El comercio del centro se está muriendo por falta de atractivos frente a las grandes superficies, la mayoría de las casas necesitan un pintado, no hay arbolado en todo el centro y faltan bancos donde poder sentarse mientras das un paseo...