Martín hace acto de presencia. Un duelo de jóvenes y de veteranos, Martinismo puro y duro. Entender o mejor dicho querer explicar el sentido de éste es complejo. Casi imposible. Pugna de unos y otros que gana otra vez Antonio y sus aficionados.
Un gaditanismo que despliega con un marcado clasicismo y con una vuelta más de tuerca, ante una comparsa que mezcla un grupo homogéneo y un retorno a sus orígenes.
Entregado a la causa, el cierre de la sesión, como ‘Ley de vida’, quiso “gaditanear” y lo hizo con éxito ante un despliegue que deleitó a unos aficionados que certificaron su devoción y su fidelidad.