Muy del Betis. Cuando parece que tiene un encuentro y una oportunidad relativamente franca para que casi de manera definitiva, pueda alcanzar el ansiado propósito de la permanencia de manera tranquila y sosegada, sin las fatigas de otras temporadas; va y pierde una gran ocasión, como la de este pasado sábado frente al Málaga en el Benito Villamarín.
Y es que el juego de los verdiblancos, salvo en fases muy contadas durante la segunda mitad, volvió a ser plano y de una densidad importante a la hora de elaborar jugadas que pudiesen terminar en gol; al margen de las acometidas de Rubén Castro; el único activo en el área rival con verdadera vocación para crear peligro.
No obstante y pese a la derrota bética, la jornada no ha sido excesivamente perjudicial para los intereses heliopolitanos; si bien las diferencias con la zona de descenso (asta este último fin de semana de ocho puntos), han sido reducidas a seis, o lo que es lo mismo, dos victorias.
La primera derrota con Merino como técnico del primer plantel del Betis se fraguó con una falta acuciante de fútbol y a raíz de un error (caprichos del destino), de uno de los jugadores más fiables del conjunto verdiblanco, como lo es Antonio Adán.
Dicho esto, ya con la mente puesta en el difícil compromiso del Calderón una vez termine el parón liguero; la única buena noticia en este sentido tiene que ver con las bajas que presentará la siempre segura zaga del Atleti, donde ni Giménez, Godín y Savic, estarán disponibles.
El Betis, en manos de un milagro
Después de la derrota que los pupilos del filial bético han sufrido este fin de semana a manos del Cartagena, después de celebrarse el cómputo de la jornada correspondiente al Grupo IV de Segunda División B, la salvación a día de hoy se contempla por parte de los de José Juan Romero a diez puntos (a nueve del puesto de promoción ocupado por el Villanovense); una distancia sin duda, casi insalvable.
