No hay manera. El mejor Sevilla a domicilio durante los primeros 45 minutos se dejó empatar sin sentido frente a un Rayo que se creció por demérito sevillista.
Con varias novedades en el once se presentó el Sevilla en Vallecas. Principalmente con la incursión de Fazio, nuevamente, en el eje de la zaga, y con el retorno de Iborra a la segunda línea de ataque. Y comenzó el encuentro sin grandes alardes. El control parecía ser de los de Nervión, pero las llegadas a las áreas brillaban por su ausencias en los primeros compases. Pero a la primera del equipo de Emery, premio. Corría el minuto 10 de juego cuando un saque de esquina botado por Banega lo cabeceó Gameiro, aunque el meta Juan Carlos intervino para evitar de primeras el tanto del frances, pero el rechace lo rebañó Coke, en un ejercicio de casta y coraje, para que N’Zonzi materializara el primero.
Pero la alegría de la multitudinaria afición visitante no quedó ahí. El Sevilla continuó apretando y buscando el segundo en Vallecas, que encontró en una extraordinaria contra en el minuto 19 que gobernó Gameiro para que Iborra remachara después de que Juan Carlos se interpusiera en el disparo de Vitolo. Y sólo un minuto más tarde, el mediocentro valenciano tuvo el tercero en sus botas en un mano a mano que envió al palo. Sin duda, el mejor Sevilla a domicilio de la temporada.
Hubo que esperar hasta el 26 para contabilizar la primera clara de los locales, en un chut de Pablo Hernández desde el punto de penalti que se marchó a la izquierda de Sergio Rico. Fue el momento de los cambios made in Paco Jémez. En el minuto 34 había realizado hasta dos sustituciones, tras visto lo visto. Y a priori le funcionó porque en el 42 Manucho, uno de los sustituidos, sacó oro de un centro para recortar distancias antes del descanso.
En la reanudación pudo matar el Sevilla en los primeros compases con dos grandes acciones de Gameiro que no logró rematar Krohn-Dehli, primero por la defensa y luego por un tremendo fallo del danés a bocajarro.
Y tanto perdonó que lo pagó. En el 62, un centro medido de Bebé lo culminó Miku para poner la igualada en el luminoso. Otra vez el equipo de Emery gestionaba una clara ventaja de la peor manera posible. Incluso pudo ser peor porque el Rayo continuó apretando en busca de la remontada completa, pero los atacantes nos anduvieron finos en los últimos metros.
Y de ahí hasta el final ambos equipos dieron por bueno el punto, sin contabilizarse ocasiones claras para ninguno de los conjuntos. Un empate con sabor a victoria para los locales, pero que aleja al Sevilla de toda opción de pelear por una cuarta plaza liguera que se complica jornada a jornada. Parece evidente que los de Unai Emery deberán comenzar a centrar casi todos sus esfuerzos en la Europa League para intentar alcanzar la vía Champions.