Gabriel Humberto Calderón, exfutbolista del Betis en la década de los 80, dirigirá al cuadro bético lo que resta de temporada más un año, convirtiéndose de esta forma en el tercer técnico en el equipo de las trece barras a lo largo de los cinco meses de competición disputados
El nefasto planteamiento técnico-táctico ante el Real Madrid, los gritos mayoritarios del estadio pidiendo su cese y la falta de jerarquía en la plantilla reflejada durante el cambio de Rubén Castro (el canario terminaría abandonando el Villamarín por su cuenta antes del final) y más tarde, tras el pitido final; motivaron anoche el despido de Juan Carlos Garrido como entrenador verdiblanco.
Fueron hasta tres las horas de reunión por parte del consejo de administración una vez acabó el encuentro, que manifestaron el desconcierto que se vive en estos momentos en el seno de la entidad de Heliópolis donde se buscaba desesperadamente firmar al nuevo técnico antes de poder destituir a Garrido, cuyos resultados habían empeorado incluso a los de Pepe Mel.
A falta de la firma del contrato, la misión de Calderón, quien siempre se ha sentido muy identificado con el Betis, donde dejó muy buenos recuerdos entre la afición, es la que intentar salvar al equipo del descenso, situación complicada al estar colista de la tabla con once puntos.
Los resultados del fin de semana han dejado a los béticos a ocho puntos de la salvación que marca el Almería y que podría igualar el Valladolid de vencer esta noche.
Derrota del Betis B y Cano, a la calle
Si las cosas no marchan en el primer equipo y la crisis que ahora consume a toda la entidad bética sigue siendo de proporciones inmensas, en lo que a la cantera se refiere, el contagio es evidente. Y es que el filial heliopolitano sucumbía este domingo en casa frente a la UD Ceuta, merced a un tanto de Prieto en el minuto 74 que significó a la postre el triunfo visitante. La derrota, le cuesta a Óscar Cano la destitución.
