Una portentosa exhibición ofensiva del mexicano Carlos Vela, autor de los cuatro goles de la Real Sociedad, permitió al equipo donostiarra remontar ante el Celta un partido que tenía muy en contra con el 1-3 a treinta minutos para el final.
La Real, dominadora desde el inicio con tres zurdos en el ataque, marcó un primer gol a los tres minutos de juego que fue anulado, de forma muy dudosa.
El público de Anoeta, receloso como siempre con el árbitro, comenzó a protestar pero por poco tiempo, porque una acción de Castro la culminó Vela libre de marca para hacer el 1-0.
Parecía que la Real, que estaba desmelenada, iba a aumentar su renta en el marcador, sobre todo por el gran partido del uruguayo 'Chory' Castro en el primer tiempo, que no encontraba freno a sus arrancadas por banda.
No fue así porque el Celta, fiel a su estilo de juego abierto que no negocia en ningún encuentro, encontró pronto recompensa a su proyección atacante con un extraordinario gol de Rafinha para evitar la estirada de Bravo.
Los celtistas estaban lanzados y seis minutos después, al amparo de los ánimos de los cientos de aficionados que se dieran cita en Anoeta, lograba el segundo en una jugada fraguada por Augusto y culminada por el gallego Álex López.
La Real no merecía este resultado porque suyas habían sido las mejores ocasiones del encuentro e intentó el empate antes del descanso, pero chocó con un sólido Celta que comenzó a asumir menos riesgos y guardar la ropa.
El equipo que entrena Luis Enrique Martínez no varió un ápice su estrategia a pesar del resultado y en la segunda mitad continuó agobiando la portería de Bravo.
Rafinha, en el minuto 57, marcó el tercero para su equipo tras un error garrafal de los centrales blanquiazules, que dejaron que el brasileño se preparara y rematara a placer.
El encuentro parecía sentenciado porque los locales habían quedado noqueados, pero se metieron nuevamente en el partido con un gol de cabeza de Vela al saque de una falta y con la expulsión a 25 minutos para el final de Fontás.
Hasta el final fue un monólogo de ataque blanquiazul ante un Celta replegado para salvaguardar el triunfo que no pudo llevarse porque apareció un Vela imperial, que marcó el tercero y el cuarto en jugadas muy similares para trasladar la locura a las gradas del estadio.
