Desprende energía positiva por los cuatro costados. Se ve desde la distancia que está dispuesto a comerse el mundo. Pero, al mismo tiempo, es muy racional. Nacho Macías se sienta para esta entrevista cómodo, hablador y, a veces, incluso impulsivo. No ha cumplido aún los 40 (el día 16 celebrará su cumpleaños) y aspira a convertirse en el próximo alcalde de La Línea, con el Partido Popular. De casta le viene al galgo, pues su abuelo ya fue primer edil de la ciudad, y su tatarabuelo tuvo el honor de ser el primer alcalde de la localidad.
En el año 1999 ya fue en las listas del PP. Ahora, quince años más tarde, encabeza la candidatura popular. ¿Por qué lo designan candidato?
—Yo entiendo que la situación del partido no terminaba de centrarse y buscaron a una persona que fuera idónea.
Dicen por ahí que ha sido “un dedazo” de José Ignacio Landaluce…
—Lo conozco profesionalmente porque mi destino como Policía Nacional está en Algeciras. De hecho la unidad que dirijo estuvo condecorada con la Medalla de la Policía Local. Y yo, políticamente, conozco z José Ignacio Landaluce el domingo después de haber sido nombrado como candidato. Me imagino que le pareceré una buena opción, aunque eso no significa que haya sido un “dedazo suyo”.
El PSOE se refiere siempre a usted como “el tercer candidato”. ¿Sabe por qué? Y, ¿le molesta?
—Entiendo que será porque había otros dos candidatos antes que yo. Y no me sienta mal. Soy una persona a la que, mientras no insulten o se metan conmigo en el aspecto personal, no me enfado. Y es que mi filosofía de la política es ofrecer trabajo y soluciones y no atacar o criticar a nadie, que es a lo que el PSOE se está dedicando conmigo. Los políticos locales tenemos que dedicarnos por el futuro de La Línea y los linenses y dejar de ver si yo soy el tercer candidato, extranjero o impuesto.
¿Cuál es su percepción de La Línea desde fuera, como ciudadano?
—Tristemente la veo peor que nunca. Hemos tenido épocas muy malas, otras que fueron mejor... Pero tan mal como ahora, no la recuerdo. Entre otras cosas porque una de las cosas más básicas que debe tener una ciudad es la limpieza. Y la ciudad de La Línea está, a día de hoy, más sucia que nunca. Y es una percepción que está en la calle, en las redes sociales. No es algo politizado.
¿Cómo ve a la actual Corporación?
—Yo a este equipo de Gobierno lo describiría como un equipo de desgobierno. Me da esa sensación. Que no lo entiendan como una crítica, sino como una visión. Creo que para que funcionen las cosas hay que estar mucho más organizado y que no vaya cada uno por su carril. Este Ayuntamiento se podría organizar mucho mejor. Me preguntarán cómo hacerlo... pues que los linenses me den la oportunidad, y ya lo demostraré.
¿Tiene La Línea la alcaldesa que se merece?
—La Línea nunca tendrá al alcalde que se merece, pues tendría que ser el mejor alcalde del mundo. La Línea se merece un gran alcalde, un primer edil que se preocupe por los linenses. Yo intentaré ser ese alcalde que se preocupe por la ciudad y el futuro de sus ciudadanos.
Hay voces que piden a gritos que vuelva un partido como el GIL. ¿Qué le parece?
—Aquellos que conformaron el Grupo Independiente Liberal fueron personas que hicieron muchas cosas por La Línea, eso no se les puede negar. Tuvieron sus defectos... como todos los políticos que han pasado por el Ayuntamiento. Hicieron cosas buenas que han quedado para la ciudad. Pero hubo luces y sombras, como en todos los equipos de Gobierno que han pasado por aquí. Pero el GIL estuvo un año escaso y después se integraron en el PP. Al menos, en aquella época, la ciudad estaba limpia.
Habla de limpieza, pero ¿qué otros problemas hay que solucionar?
—La inversión privada está ahora mismo absolutamente paralizada, es inexistente. Y esto a pesar de que sé que ha habido personas que han intentado entrevistarse con el equipo de Gobierno para traer inversión a La Línea y ni siquiera han sido recibidos. Los políticos estamos para facilitar la vida del ciudadano y qué mejor que generar riqueza. La única forma de conseguirlo es que haya inversión, y que se generen nuevos negocios y empleo.
No hay duda de que el empleo es uno de los más graves problemas...
—Es un problema gordo. La Línea debería ser una ciudad autónoma, generar su propio empleo y no depender de nadie.
¿Confían en el compromiso de la Junta de retomar las obras del hospital?
—El Partido Popular está inmensamente contento con que el Hospital Comarcal se vaya a a terminar. ¿Qué significa? Que estaremos satisfechos si se termina. Que no nos engañen más. Y a la alcaldesa, que me preguntó por el dinero para el mobiliario, le respondo que el Gobierno pondrá el dinero una vez que esté terminado. Habrá que preguntar por la partida cuando esté terminada la obra. No vamos a poner 1,2 millones en una cuenta hasta que esté listo.
En materia sanitaria, ¿aún hay más deficiencias?
—El Hospital de La Línea tiene unos profesionales envidiables y muchas especialidades de alto nivel. El problema es que la instalación es viejita. El hecho de terminar el nuevo hospital y tener a esos mismos profesionales con mejores medios mejoraríamos la calidad de vida de los ciudadanos que en algunos casos tendrían que dejar de desplazarse, por ejemplo, a Algeciras para darse quimioterapia. Hay carencias en materia sanitaria, pero no tantas como a veces pensamos. Sí es cierto que es necesario un nuevo ambulatorio en la zona Sureste, que está en standby y es competencia de la Junta de Andalucía.
Y ¿en materia educativa?
—En el nuevo núcleo poblacional de La Línea de Venta Melchor y Santa Margarita hay ahora mismo 3.000 viviendas. Por ello, obviamente, es necesario que se proyecte allí un centro educativo, mínimo de educación Infantil y Primaria que solucione el desarreglo del traslado de los niños que viven allí al suelo. El suelo está cedido, pero la Delegación Provincial no ha hecho nada al respecto.
¿Más carencias en el municipio?
—La del transporte público. Tenemos una población muy elevada y se han eliminado líneas. Como anécdota puedo contar que hay gente que tiene que ir caminando al cementerio desde la zona del Junquillo porque no pueden permitirse pagar un taxi, porque la nuestra no es una ciudad boyante.
¿Es La Línea, actualmente, un municipio seguro?
—Sí. De hecho, las estadísticas que maneja el Ministerio de Interior, reflejan que no es una ciudad especialmente insegura. Sí que es verdad que es una localidad en la que muchas veces hay incumplimiento de normativa de tráfico, de ordenanzas a la hora de limpieza... que dan sensación de inseguridad, pero es objetivo porque los índices de delincuencia aquí son bastante asumibles. En el último mes ha habido dos robos en interior de vivienda y han sido en trasteros. Eso dice mucho.
A nivel de efectivos policiales, ¿es el adecuado?
—Funcionarios de policía siempre faltan, pero en todas las ciudades de España. Mientras más efectivos, mejor servicio se prestará. Pero aquí la Policía Nacional tiene un número de efectivos adecuados. En cuanto a la Policía Local, tiene 90 efectivos, un número adecuado para que prestara un mejor servicio. Son grandes profesionales, pero la organización y la gestión no es la más adecuada, podría ser mucho mejor.
¿Cuál es la fórmula mágica para acabar con esa sensación de inseguridad de la que habla?
—Eso para las películas de Harry Potter. No existen fórmulas mágicas. Lo que existe es la capacidad de organización de trabajo y entrega. Pero lo mismo pasa con la limpieza y con todo... Es cuestión de predisposición, de amplitud de mente, de trabajo, de entrega... Por parte de los políticos que son los que tienen el control y por parte de los trabajadores del Ayuntamiento, que en muchos casos podrían dar un rendimiento mayor, porque son gente con mucha valía y profesionalidad pero, a lo mejor, esa desorganización provoca que no cunda su trabajo.
La Línea tiene mucho potencial, ¿qué empuje necesita para llegar a ser ciudad turística de referencia?
—Yo creo que mucha responsabilidad de que esto despegue es la gestión por parte de la institución municipal. El Ayuntamiento debe tener la ciudad abierta a cualquier inversor turístico. Esta ciudad no puede tener sector industrial porque no tiene terreno para ello. Nuestro sector de riqueza tiene que ser el turismo. Tenemos un puerto deportivo envidiable, el más bonito de España. Y muchas zonas que no están aprovechadas como se debiera. Uno de los objetivos del PP es que la ciudad crezca y tenga un futuro prometedor y eso pasa por potenciar la localidad como ciudad turística, de ocio vacacional, de deportes náuticos y de todo lo relacionado con el descanso y disfrute de nuestras playas y, cómo no, la gastronomía. Sin olvidar nuestra Semana Santa.
¿Qué reto se han marcado de cara a las elecciones?
—Conseguir convencer a los linenses de que nuestro proyecto es el mejor para solucionar todos los problemas que existen. Lo ideal sería conseguir la mayoría absoluta.
¿Vendrá a vivir a La Línea si llega a ser alcalde?
—Si gano las elecciones y alguien me demuestra que yo voy a ser mejor alcalde por vivir en la calle Clavel o en la Alcaidesa, vendo mi casa de Algeciras y me vengo. Yo soy un funcionario con un sueldo y no me puedo comprar una casa aquí teniendo otra en Algeciras.
¿Le asustan esos meses que se avecinan?
—En absoluto, me ilusionan. A mí no me asusta nada.
En caso de ganar, una vez con el bastón de mando en la mano. ¿Qué es lo primero que haría?
—Hay tantas cosas que hacer... Hay que organizar los sistemas de trabajo y de servicio al ciudadano.
Un mensaje para los linenses...
—La Línea y los linenses tenemos tantas posibilidades que no podemos perder la oportunidad de crear una ciudad extraordinaria para nuestro futuro y el de nuestros hijos.
RELACIONES CON GIBRALTAR
Miles de ciudadanos de La Línea atraviesan cada día la frontera de Gibraltar para trabajar. “La perspectiva del PP a nivel nacional se sustenta en otros intereses que a nosotros se nos escapan”, reconoce Macías, que explica que la visión de su partido a nivel local es que “nosotros queremos y debemos tener buenas relaciones personales, comerciales, deportivas y turísticas con la ciudad de Gibraltar. Pero no utilizando la odiada expresión de estamos condenados, sino que queremos. El PP quiere entenderse con Gibraltar”.
No obstante, apunta que la situación geográfica y fiscal que tiene Gibraltar son factores que conllevan “una serie de inconvenientes, ahora muy a flor de piel por el problema de la frontera”.
Aduana inteligente
Recuerda que “el PP a nivel nacional, consciente de los problemas que le implican el control del contrabando y la prevención de blanqueo de capitales que impone la Unión Europea, va a invertir 7 millones de euros en un sistema de aduana inteligente cuya obra ha comenzado ya, tal y como se anunció”. Así mismo, deja claro que no se trata de “controlar fiscalmente a nadie”. De hecho, con el fin de informar a los trabajadores transfronterizos, próximamente se reunirá con altos cargos de la Agencia Tributaria para explicarles de la manera más clara posible que no hay ningún interés oculto en la medida de que utilicen el carril rojo de la aduana.
Colas en la frontera
Sobre las colas de hasta cuatro y cinco horas que han tenido que padecer a pleno sol los trabajadores, asegura lamentarlo. Argumenta que “el paso de 18.000 personas por un embudo, a lo que se le suma la presión de la UE por el control del contrabando de tabaco, por muy fluido que se quiera hacer, al final hay retención. Pero solo se produce a la hora de salida de los trabajadores, que aprovechan aquellos que quieren sacar tabaco. Y eso influye negativamente en los trabajadores”.
Preguntado por si estaría dispuesto a sentarse con el Ministro Principal de Gibraltar, su respuesta es inmediata: “Con Picardo y con Cameron si hace falta. No tengo ningún problema en sentarme con nadie, siempre dentro del diálogo, de la educación y de la no imposición”.
Y sobre el conflicto pesquero entre las localidades vecinas, Nacho Macías lo considera “superado”.
CONOCIDO EN LA LÍNEA
Nacho Macías nació en el hospital municipal en 1974. Estudió “en un colegio muy linense, los Salesianos, y después en el instituto nuevo”. Cuando se le menciona que es una cara poco conocida, dice contundente: “Yo soy muy de La Línea”. Y lo cierto es que siempre he estado muy implicado en la vida social y juvenil de la localidad. Durante años ha estado vinculado a cofradías, agrupaciones y asociaciones linenses. “Fui parte del Consejo de la Juventud de La Línea, también monitor de los Boys Scouts durante más de diez años, formé parte de la Junta de gobierno de la Hermandad de la Borriquita. Además, estuve en la directiva de Antiguos Alumnos de Salesianos, formé parte también del Consejo Escolar del colegio y fui vicesecretario de Nuevas Generaciones”. De hecho, en el año 1999 hizo un paréntesis en su carrera y se volvió de Sevilla, donde estudiaba Derecho, para integrarse de manera activa en la campaña electoral del Partido Popular. “Yo iba en las listas, pero fue un batacazo electoral”, reconoce abiertamente.
Sacó su plaza como inspector del Cuerpo Nacional de Policía y pidió destino en Algeciras “porque alguien estudió más que yo y consiguió la plaza de La Línea”, bromea.
“El grado de conocimiento que se tiene de mí en la ciudad es totalmente subjetivo, dependiendo de quien hable. Si preguntamos a una serie de colectivos o personas dirán que soy muy conocido. De hecho, dentro de la media, se me conoce bastante en la ciudad. Muchas de las personas que van diciendo que no soy conocido mienten, porque me llevan saludando por la calle los últimos 39 años”, responde ante las voces críticas que surgieron tras su nombramiento como candidato.