La fragata británica HMS Westminster zarpó hoy desde el puerto de Portsmouth (sur de Inglaterra) para unas maniobras en el Mediterráneo que incluyen una visita a Gibraltar, informó el ministerio de Defensa del Reino Unido.
La fragata, un navío de combate de 133 metros de eslora y 4.900 toneladas, capaz de transportar misiles, partió rumbo al Peñón "alrededor de las 9.00 horas GMT", dijo a Efe un portavoz de ese ministerio.
El HMS Westminster, una fragata de tipo 23 construida en 1992, inició su trayecto después de que ayer partieran del Reino Unido otras tres fragatas de esa misma flota para participar en una misión militar anual conocida como "Cougar13", que llevaba tiempo planeada y de la que se había informado a España, según Londres.
Está previsto que la fragata, que irá acompañada de dos barcos auxiliares, recale en la colonia británica "antes de finales de este mes", según indicó hoy el portavoz oficial británico, sin precisar fechas.
Al HMS Westminster le acompañarán en su visita a Gibraltar otros dos barcos auxiliares, el Mounts Bay, cuya salida del puerto de Devon está prevista también para hoy, y el Lyme Bay, cuya partida está programada para mañana.
Esta fragata forma parte de una flota compuesta además por otros tres buques de guerra y cinco barcos auxiliares que recalará en puertos de España, Portugal, Turquía y Malta, antes de desplazarse hacia Oriente Medio, con miles de militares a bordo.
El despliegue de nueve barcos de la Fuerza Naval del Reino Unido coincide con el conflicto diplomático que desde hace dos semanas mantienen Londres y Madrid por la situación en Gibraltar.
En la frontera del Peñón se han registrado largas filas a causa de los controles impuestos por España, después del vertido de 70 bloques de hormigón en las aguas que rodean la colonia británica por parte de las autoridades gibraltareñas y que impiden faenar a los pesqueros españoles.
El Reino Unido anunció ayer que estudia tomar posibles "acciones legales" contra España por la persistencia de los controles fronterizos.
"Estamos considerando qué acciones legales son posibles", dijo un portavoz de Downing Street, que reconoció que se trataría de "un paso sin precedentes" y por ello hay que estudiarlo "con cuidado".
Londres se plantea optar por la vía legal después de que el Gobierno español no levantase el pasado fin de semana los controles fronterizos adicionales que impone a los vehículos que entran y salen en la frontera del Peñón, según el Gobierno británico.
Downing Street no precisó qué tipo de acción legal se estaría planteando adoptar si bien confirmó que, de hacerlo, lo tramitaría a través de tribunales europeos.
Según Londres, las acciones llevadas a cabo por España tienen "una motivación política" y son "totalmente desproporcionadas" y, por lo tanto, ilegales en virtud de la legislación británica.
España mantiene que los controles impuestos en el Peñón son "proporcionados" y "legales" pues Gibraltar no pertenece al espacio Schengen y que tienen la finalidad de evitar el contrabando y el tráfico ilícito.