Cádiz
La NASA lanza la sonda ?Juno? para estudiar el planeta Júpiter
Recorrerá 2.800 millones de kilómetros en un viaje que durará cinco años.
La NASA lanzó este viernes la sonda Juno con el objetivo de estudiar Júpiter y descifrar qué hay en el interior del planeta gaseoso, qué cantidad de agua contiene y qué papel desempeñó en la formación del sistema solar.
Juno partió en un cohete Atlas V, equipado con cinco propulsores de combustible sólido, desde el Centro Espacial Kennedy de la NASA en Cabo Cañaveral (Florida), en un viaje que durará cinco años y en el que recorrerá 2.800 millones de kilómetros.
La sonda salió con unos minutos de retraso tras detectarse una fuga de helio en el cohete, que obligó a detener la cuenta atrás cuatro minutos antes de la hora del lanzamiento original, previsto a las 11.34 (15.34 GMT), pero según confirmó la agencia espacial no afectó a ninguno de sus sistemas y recibió luz verde para partir a las 12.25 (16.25 GMT).
Está previsto que la sonda alcance al órbita de Júpiter en julio de 2016 y, durante un año terrestre, sobrevolará el planeta 33 veces a una altura de unos 5.000 kilómetros del planeta gigante, once veces mayor que la Tierra, en busca de respuestas.
El patrón de vuelo de la sonda está diseñado para cubrir todas las latitudes y longitudes de Júpiter, de modo que los científicos puedan confeccionar un mapa completo de su campo gravitatorio y averiguar cómo están organizadas sus capas internas.
Aunque anteriormente la NASA había enviado otras misiones -como la sonda Galileo- para estudiar Júpiter, Juno será la que más se acerque y hará historia al ser el primer artefacto que orbite los dos polos del planeta.
Juno se convertirá, además, en la primera nave con energía solar diseñada por la NASA para operar a una distancia tan alejada del astro rey, cinco veces más que la de la Tierra.
Con cuatro toneladas de peso, la nave tiene forma hexagonal y está diseñada para mantenerse con tres grandes paneles solares que cuando se desplieguen darán al vehículo una longitud de 20 metros.
Con una amplia gama de instrumentos científicos a bordo, se investigará la existencia de un núcleo planetario sólido, se diseñará un mapa completo de su campo magnético y se tratará de medir la cantidad de agua y amoníaco en la atmósfera profunda y observar las auroras del planeta.
Entre sus instrumentos se incluye un magnetómetro vectorial, para medir el componente del campo magnético en una dirección particular; un detector de plasma y partículas energéticas; una cámara de infrarrojos y otra de ultravioleta; además de una cámara de color para ofrecer al público la primera visión detallada de los polos de Júpiter.
Según la NASA, las imágenes de JunoCam superarán en calidad a las mejores imágenes de Júpiter tomadas con el Telescopio Espacial Hubble.
“Lo especial de Juno es que realmente estamos ante uno de los primeros pasos para acercarnos por primera vez a los orígenes de nuestro sistema solar”, señaló en un comunicado Scott Bolton, investigador principal de la misión Juno.
El objetivo principal de esta misión es entender el origen y la evolución de Júpiter, qué se esconde bajo su densa capa de nubes, formadas principalmente por hidrógeno y helio.
Como ejemplo de un planeta gigante, Júpiter también puede aportar información fundamental para la comprensión de los sistemas planetarios que se han descubierto en los últimos tiempos en torno a otras estrellas.
Juno partió en un cohete Atlas V, equipado con cinco propulsores de combustible sólido, desde el Centro Espacial Kennedy de la NASA en Cabo Cañaveral (Florida), en un viaje que durará cinco años y en el que recorrerá 2.800 millones de kilómetros.
La sonda salió con unos minutos de retraso tras detectarse una fuga de helio en el cohete, que obligó a detener la cuenta atrás cuatro minutos antes de la hora del lanzamiento original, previsto a las 11.34 (15.34 GMT), pero según confirmó la agencia espacial no afectó a ninguno de sus sistemas y recibió luz verde para partir a las 12.25 (16.25 GMT).
Está previsto que la sonda alcance al órbita de Júpiter en julio de 2016 y, durante un año terrestre, sobrevolará el planeta 33 veces a una altura de unos 5.000 kilómetros del planeta gigante, once veces mayor que la Tierra, en busca de respuestas.
El patrón de vuelo de la sonda está diseñado para cubrir todas las latitudes y longitudes de Júpiter, de modo que los científicos puedan confeccionar un mapa completo de su campo gravitatorio y averiguar cómo están organizadas sus capas internas.
Aunque anteriormente la NASA había enviado otras misiones -como la sonda Galileo- para estudiar Júpiter, Juno será la que más se acerque y hará historia al ser el primer artefacto que orbite los dos polos del planeta.
Juno se convertirá, además, en la primera nave con energía solar diseñada por la NASA para operar a una distancia tan alejada del astro rey, cinco veces más que la de la Tierra.
Con cuatro toneladas de peso, la nave tiene forma hexagonal y está diseñada para mantenerse con tres grandes paneles solares que cuando se desplieguen darán al vehículo una longitud de 20 metros.
Con una amplia gama de instrumentos científicos a bordo, se investigará la existencia de un núcleo planetario sólido, se diseñará un mapa completo de su campo magnético y se tratará de medir la cantidad de agua y amoníaco en la atmósfera profunda y observar las auroras del planeta.
Entre sus instrumentos se incluye un magnetómetro vectorial, para medir el componente del campo magnético en una dirección particular; un detector de plasma y partículas energéticas; una cámara de infrarrojos y otra de ultravioleta; además de una cámara de color para ofrecer al público la primera visión detallada de los polos de Júpiter.
Según la NASA, las imágenes de JunoCam superarán en calidad a las mejores imágenes de Júpiter tomadas con el Telescopio Espacial Hubble.
“Lo especial de Juno es que realmente estamos ante uno de los primeros pasos para acercarnos por primera vez a los orígenes de nuestro sistema solar”, señaló en un comunicado Scott Bolton, investigador principal de la misión Juno.
El objetivo principal de esta misión es entender el origen y la evolución de Júpiter, qué se esconde bajo su densa capa de nubes, formadas principalmente por hidrógeno y helio.
Como ejemplo de un planeta gigante, Júpiter también puede aportar información fundamental para la comprensión de los sistemas planetarios que se han descubierto en los últimos tiempos en torno a otras estrellas.
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