No sé qué habrán hecho de enero a marzo de este año, pero un jeta ha sido detenido más de doce veces por haber robado en el interior de más de treinta vehículos en ese tiempo. Un máquina en toda regla que deja a los golfos apandadores del tipo Gilito a la altura del guano de murciélago. Me creerán si les digo que tras comparecer ante el Juez, se fue al tajo- todo diligente- para que las fuerzas de seguridad lo cogieran in fraganti, ahí en lo suyo. Ya no hay trabajadores tan entregados y voluntariosos. Fíjense con los camareros, cuando antes era oficio de por vida con pies retorcidos por el dolor y el calor y la mucha aguantá de clientes ceporreros. Es el problema de los estudios universales, y el acceso a las universidades públicas, que la gente quiere y aspira y que los empresarios sigan pensando que todo sigue igual como las canciones de Julio Iglesias. Pero no, porque la vida ha cambiado, su niña Chavelita se nos ha hecho milf y los jóvenes no ven futuro en estar encadenados a una barra para ganar cuatro euros.
Las ferias, las verbenas, las semanas santas y los chiringuitos se quedan huérfanos de personal acreditado, porque todos somos consumidores que nos mordemos la cola de la cerveza. Hemos transmigrado en perpetuo ascenso sin la cruz a cuestas, sino la cerveza y la tapa pendiente. Qué tiempos aquellos cuando había casetas en el Balneario y niños con los mocos repartidos por la cara como si fueran una careta de silicona; Sin cinturones de seguridad en los coches, sino padrenuestros agilizados por un rosario de familia. Que te roben las pertenencias del coche es una joa grande, pero más si solo te parten el cristal por un cigarrillo retorcido o algo insignificante de la guantera.
Pero el jeta qué iba a saber si hay costo o no en el coche que destripa. Visionario no es, porque si no se hubiera olido a la policía que lo llevo a prisión para colmo de males, porque sumando condenas pamplinas se llega rapidito a un total de años acumulados. Es lo que pasa cuando alguien tira por la tangente en eso que le apasiona, sin pensar en el mañana. Es lo que tiene la falta de engancharse a un gremio o unas siglas que te echen una manita en la vida, que el ir de por libre está muy mal visto. La libertad no es más que para los que comprar criptomonedas y se quedan huérfanos de valor a dos manos por los vaivenes del jodido internet que nos ha cambiado la vida y no precisamente para bien.
