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José M. Bermúdez de Castro: "Nuestros antepasados no necesitaban psiquiatras"

Averiguar que ?no hemos cambiado tanto? en varios millones de años de evolución quizá pueda causar ?decepción? e incluso ?inquietud? en muchas personas, afirma José María Bermúdez de Castro, codirector del equipo científico de Atapuerca, para quien la esencia de la evolución es la interacción...

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  • José María Bermúdez de Castro, codirector del equipo científico de Atapuerca. -
Averiguar que “no hemos cambiado tanto” en varios millones de años de evolución quizá pueda causar “decepción” e incluso “inquietud” en muchas personas, afirma José María Bermúdez de Castro, codirector del equipo científico de Atapuerca, para quien la esencia de la evolución es la interacción y la comunicación.

Bermúdez de Castro, quien admite que “nuestros antepasados no necesitaban psiquiatras”, acaba de publicar La evolución del talento. Cómo nuestros orígenes determinan nuestro presente, libro escrito desde el punto de vista de quien se “pregunta cosas y observa”, y en el que trata de exponer la dualidad del comportamiento.

En él, el autor da las claves biológicas y culturales que “nos han hecho humanos, desde que nos separamos del linaje de los chimpancés hace seis millones de años”.

En una entrevista con la agencia de noticias Efe, detalla que la tecnología “nos define y distingue” de otras especies y debería ser “nuestra mejor aliada”, pero “la utilizamos en muchas ocasiones como arma de destrucción”.

“Nuestro comportamiento está lleno de contradicciones”, asegura Bermúdez de Castro, ya que se puede odiar y sentir alegrías, ser solidarios e iniciar una guerra, “dos caras de la misma moneda” que están “también presentes en otras especies que nos han precedido y que no necesariamente forman parte de nuestro linaje evolutivo”.

En su libro, este científico relata cómo la Sima de los Huesos ofrece varios casos de solidaridad y compasión.
El más llamativo, quizá, sea la presencia entre los cadáveres acumulados de un niño o una niña de poco más de diez años que sufrió una sinostosis prematura de una de las suturas craneales.

Aquel niño, explica Bermúdez de Castro, no fue abandonado por el grupo, sino que fue cuidado por su clan hasta que murió en aquel suceso desconocido de muerte conjunta en la sierra de Atapuerca.

Este investigador añade: ante una catástrofe como el terremoto de Haití la gente se vuelca y “ellos –nuestros antepasados del Pleistoceno– posiblemente harían lo mismo”.

José María Bermúdez de Castro opina que un sentimiento que no ha evolucionado ni lo hará es el de territorialidad y detrás de cada conflicto existen intereses económicos y de poder y, en este sentido, “no hemos cambiado nada en seis millones de años”.

Tampoco cambió el estrés, porque éste es necesario para sobrevivir, ya que te permite estar alerta, recuerda el científico.

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