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Arcos

La Navidad en el corazón de un niño

Julián Benítez prestó su voz joven y sus sentimientos cristianos a la presentación del cartel oficial de la Navidad 2014. La obra fotográfica de este año es de Manuel Borrego y se inspira en un bello diorama catalán

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  • Julián Benítez en el atril. -

Las primeras imágenes de la Navidad se han anticipado en Arcos, dejándonos ya un precioso cartel obra del fotógrafo Manuel Borrego e inspirada en un bello diorama catalán. Como que hay que poner siempre palabras a la obra, de ello se encargó el joven cofrade de la hermandad de San Antonio,  ferviente seguidor de Nuestro Padre Jesús Nazareno y belenista de vocación Julián Benítez García, una elección acertada por la Asociación de Belenistas La Adoración, mantenedora del acto, que contó con la colaboración de la Delegación municipal de Cultura.
El teatro Olivares Veas, desde luego, se llenó no sólo para asistir a la presentación del cartel como reclamo principal, sino, al final, escuchar los primeros villancicos que han sonado ya en la ciudad de la mano y voces del coro de la Asociación de Belenistas de Jerez, que puso un bello colofón al acto.


Julián Benítez se presentó ante el público como es: un hombre joven, formado en la fe y académicamente, enamorado de las tradiciones de su tierra y que dispensa un gran cariño a su familia. Después de los saludos de rigor, fue desgranando sus sentimientos ante la llegada de la Navidad, enmarcados en las calles de Arcos: “.  Mi ciudad, que en el presente año congratula sus 750 años de historia cristiana ininterrumpida, ya se  empieza a engalanar estos días de luces y ensayos de villancicos para dar la bienvenida a este mundo terrenal al Amor de los Amores, al Hijo de Dios, que ha de nacer en unas semanas entre callejuelas blancas de cal y paz, refugiado en alguna casa cueva de la calle Maldonado a modo de pesebre arcense.
Ya presiento su llegada/ ya no es tan larga la espera/ de esa Esperanza certera/ que trae el hijo de la Inmaculada.


Ya presiento que se acerca una época del año que, yo no sé a ustedes, pero a mi me encanta. La Navidad es una de mis épocas del año preferidas y me gusta vivirla intensamente, sin perderme ni un sólo detalle, sin perderme ninguno de esos momentos que esta católica fiesta sabe regalarnos. Y es que todo es más bonito en Navidad, pero sin duda se hace más especial entre estas calles que nos acogen a diario. Aquí en esta época me gusta casi todo. Me gustan esas tardes de frío por la Corredera y el Barrio, refugiados en gorros y bufandas de lana, trencas y chaquetones de plumas, comprando presentes para los más queridos. Esas repetidas visitas al salón San Miguel a ver las exposiciones de belenes de La Adoración...”.


Pero un momento clave de su presentación fue cuando reparó en los niños y en su mundo para encontrar, sin duda, el lado más tierno de la Navidad. Aquí evocó recuerdos de su infancia, de su familia, y reivindicó la inocencia de los niños: “A otro mundo que es el mundo de los niños, los que mejor saben vivir la Navidad y de los que tanto debiéramos aprender en estos días. En su mundo no hay maldad. En ese mundo de juegos y risas no hay diablos que enseñen sus fauces. No hay envidias ni estúpidos rencores, ni rivalidades por demostrar que alguien es mejor que el otro. Tampoco hay orgullo que les impida avanzar ni soberbia. En el puro y noble mundo de los niños es posible que exista la felicidad. Los niños son capaces de ser plenamente felices, algo que al crecer se nos torna algo complicado.


Pues si es bonito este mundo de los niños, más lo es cuando llega la Navidad. Los niños se vuelven protagonistas fundamentales de los hogares y son capaces de compartir con los mayores su felicidad más pura. La máxima expresión de la ilusión es un niño en Navidad, rebosante de esperanza. Un niño que toca una pandereta de juguete mientras canta sus primeros villancicos vestido de pastorcito en el colegio. Un niño que corretea entre la multitud apabullante para llenar una bolsa de caramelos de la cabalgata, y que al día siguiente despierta temprano porque han venido los Reyes Magos. Un niño que sonríe sin importarle una mella y que muestra en su mirada el mayor agradecimiento que puede sentir.
Y digo yo ahora, ¿por qué no podemos volver a ser niños otra vez?...”.


El presentador se permitió incluso la licencia de opinar sobre el conato independentista de Cataluña, para reivindicar una España unida en sus creencias y retos; una unión que encontró, curiosamente, su mejor metáfora en el mismo cartel de Navidad, al estar inspirado en un diorama catalán: qué mejor muestra de hermandad, según el presentador: “Curioso el hecho de que sea un belén de Cataluña el que anuncie unas navidades andaluzas, aunque esto no viene más que a demostrar que, como en el mismo cartel, nuestro reino de España es una Sagrada Familia que debe permanecer fuerte y unida, por encima de los problemas coyunturales. Y las peculiaridades de cada miembro no son más que fuentes que enriquecen al conjunto de la casa. Hay seguro quien, a partir de ahora, quizá le guste un poco menos por saber que un catalán modeló dicho belén. Dejemos aparte esas rencillas inútiles e innecesarias y aprendamos a apreciar lo diferente como algo igual de bueno e igual de nuestro. Nadie sobra en este hogar, bebamos de las aguas de otros pozos hermanos para, conjuntamente, celebrar que Dios nace un año más en un norteño y mediterráneo cartel del sur de España”.


El presentador acabó con una frase de El Principito: “Sólo con el corazón se puede ver bien, lo esencial es invisible a los ojos”, como lo es nuestra fe. Demostremos esta Navidad que somos cristianos de verdad y que Cristo nace para algo. Que esta fiesta no es sólo fiesta y que sigue teniendo fundamento después de más de dos milenios. Abrámosle el corazón a Él, pero también al prójimo, porque Dios no está en las alturas sino en las palmas abiertas del que pide, porque la Fe debe ir siempre con la caridad, tomadas de la mano dentro de nuestra Madre Iglesia”.


Las primeras palabras de la velada, no obstante, fueron de los belenistas Conchi Porro y Paco Noriega, para recordar al público el trabajo que los suyos vienen realizando este año y que ahora, en las fiestas navideñas, alcanza su punto álgido. Asimismo, durante el acto se realizó un emotivo reconocimiento a la presidente de la asociación, la veterana e incombustible Carmelita Temblador, quien dijo “no querer regalos porque con el inconmensurable cariño que todos le profesan ya tiene suficiente...”. El acto también recogió las palabras del alcalde, José Luis Núñez, para dar la primera felicitación navideña a sus vecinos, así como del joven Roberto González, quien actuaría de presentador -valga la redundancia- del presentador del cartel.  Todos, a su modo, descubrieron el cartel anunciador junto al autor, además de entregar el segundo premio del concurso al también arcense Juan Mariscal, autor de la fotografía “más artística”.


La hermosa velada se cerró con una copa organizada por los belenistas en el palacio del Mayorazgo, donde la convivencia se prolongó con un carácter más íntimo y familiar.

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