Ayer fue el Día de la Educación Ambiental, que se celebra desde 1975, año en el que se organizó en Belgrado un encuentro internacional de educación ambiental y que contó con la participación de expertos de más de 70 países. Los principales objetivos de esta efeméride están en relación con la toma de conciencia y sensibilización de los problemas ambientales, ayudar a los grupos sociales a desarrollar las habilidades que permitan encontrar soluciones a problemas ecológicos, promover valores medioambientales, enseñar a evaluar la situación del medio ambiente e incentivar la participación de la sociedad en la búsqueda de soluciones.
Todos estos objetivos son necesarios en nuestra ciudad, de la que ya he señalado en varias ocasiones que adolece de una mala calidad de aire que respiramos como consecuencia de un abuso del tráfico rodado, que aún tiene mucho recorrido que hacer en la gestión adecuada de residuos sólidos domésticos, que con demasiada frecuencia se elimina vegetación por no barrer las hojas de un patio.
La educación ambiental es una asignatura pendiente en nuestro país, y también en nuestro Jaén. Aún persisten muchos tópicos relativos a su importancia, que se minusvalora porque se atribuye al ámbito de pensamiento y emociones de los ecologistas (“y como yo no lo soy, no va conmigo”). Todavía no se toma en serio como un conocimiento que deben adquirir TODOS los ciudadanos, de igual manera, que hace décadas se asumió como necesario que todos tuviésemos las nociones básicas de seguridad vial.
En diferentes ocasiones, con motivo de cada diferente equipo de gobierno municipal, la asociación de voluntariado GEA ha propuesto que el Ayuntamiento tome la iniciativa de relanzar la educación ambiental, apoyándose en las asociaciones de vecinos y colectivos ciudadanos, la Universidad Popular, la Universidad de Jaén, la Diputación Provincial y la Junta de Andalucía. En la última propuesta, con el actual gobierno, GEA planteó la creación de una Oficina Municipal para el Cambio Climático, que promoviese la imprescindible educación ambiental entre los vecinos y vecinas de Jaén, proporcionando el conocimiento necesario para modificar los hábitos de vida que producen un impacto inasumible.
Sirva el Día de la Educación Ambiental para volver a recordar que el medio ambiente es nuestra responsabilidad y para ejercerla de la forma más adecuada es imprescindible la formación ambiental, que es mucho más amplia que saber separar los envases y los cartones y que en último extremo lleva al desarrollo de los valores morales necesarios para hacer lo más correcto y apropiado en cada momento. Sólo así puede afrontarse un futuro incierto de la mejor manera posible.