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Quien a buen árbol se arrima...

Ingredientes para 2020

Ya estamos en 2020, un nuevo año que hemos regado con la esperanza por empezar proyectos que se resisten, por alcanzar objetivos, por dejar atrás situaciones qu

Publicado: 09/01/2020 ·
14:19
· Actualizado: 09/01/2020 · 14:19
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Autor

Manuel Ruiz

Manuel Ruiz es biólogo y ocupa el cargo de presidente de la Asociación Ecologista GEA de Jaén

Quien a buen árbol se arrima...

Cuaderno sobre la importancia de ser responsables medioambientalmente y otras cuestiones culturales y patrimoniales de Jaén

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Ya estamos en 2020, un nuevo año que hemos regado con la esperanza por empezar proyectos que se resisten, por alcanzar objetivos, por dejar atrás situaciones que nos pesan y ensombrecen, por plasmar en definitiva, los sueños de siempre que aún permanezcan vivos en nuestro interior.

Sin embargo, el ingrediente necesario para llevar a cabo esas realizaciones, nuestra actitud interior, no es fácil de activar. Los planes y proyectos no se ejecutan solos, requieren de valores y aptitudes que muchas veces no sólo no están activadas, sino que apenas alcanzamos a saber cuáles son.

La filosofía proporciona ayuda en este sentido, especialmente la filosofía “a la manera clásica”, aquella que abandona el campo especulativo para adentrarse en el terreno de la práctica y la acción. Algunas ideas, a modo de ingredientes básicos:

- Distinguir entre las cosas que dependen de nosotros y las que no. Las primeras requieren toda nuestra atención, las segundas no deberían preocuparnos. 

- Desarrollar la generosidad, genuino logro evolutivo en el proceso de humanización, que cristaliza en la búsqueda del bien común en las sociedades, la suma positiva (“yo gano, tu ganas”).

- Cada acción provoca una reacción; cada causa tiene su efecto. Como diría el poeta Amado Nervo, somos “arquitectos de nuestro propio destino”. Se recoge lo que se siembra, consciente o no de ello. Esta idea es muy poderosa, porque otorga libertad (y responsabilidad) individual. 

- Reconocer nuestros apegos. Los que se tienen a bienes temporales, aquellos que desaparecen con el paso del tiempo, generan frustración y sufrimiento.

- Reflexionar. Imprescindible siempre.

- Todos los seres humanos somos excelentes, al menos en potencia. Esta idea encierra dos perspectivas igualmente importantes: por una lado la fraternidad y por otro el camino de la auto superación, y ambas abren escondidos tesoros interiores.

- Alimentar la vida interior, ámbito interno donde podemos comprender la realidad que vivimos, donde nos representamos las ideas, donde vivimos nuestros sentimientos más humanos, donde podemos encontrar sentido a la existencia. La vida interior es el escenario de nuestra espiritualidad, de nuestra creatividad, de nuestros valores y sólo nosotros tenemos acceso a ella. La vida interior se puede enriquecer y alimentar con la cultura en general, la amistad, la naturaleza, el estudio y es el máximo exponente del ser humano.

Si estas ideas se transforman en valores morales, es decir, si se aplican, ayudan a desarrollar lo mejor de nosotros mismos, requisito primordial para alcanzar todos los sueños y objetivos que nos hemos propuesto.

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