Según Terrada, la polémica suscitada al respecto durante el verano no ha dejado en buen lugar la imagen de la ciudad ni la del Ayuntamiento de Cádiz, que ha quedado en el imaginario colectivo como una administración “prohibitiva” e “impopular”.
En cuanto a la enmienda planteada por el Partido Popular para instar a la Demarcación de Costas a que se pronuncie al respecto, el concejal de IU afirma que lo que el equipo de Gobierno persigue con esto es “pasar la pelota a Costas” para que sea ésta la que tome la última decisión. De ahí que Terrada pida a la alcaldesa de la ciudad que si quiere prohibir el nudismo “lo haga ella misma y asuma las consecuencias”, porque de lo contrario estarían incurriendo en una “clara maniobra de manipulación”.
En cualquier caso, el concejal se cuestiona que la Demarcación de Costas vaya a emitir juicio alguno al respecto, “en primer lugar porque no va a entrar en el juego, y en segundo lugar porque no es su competencia, porque de lo contrario, no haría falta que el Ayuntamiento hiciera una ordenaza para regular el uso y disfrute de la playa”.
Sebastián Terrada añade que con esta enmienda a la propuesta presentada por el equipo de Gobierno se deja “al pie de los caballos” al concejal de Playas, Santiago Posadas, “que se ha pasado todo el verano defendiendo la postura del Ayuntamiento”.
Otras propuestas
Además de la propuesta relacionada con la práctica del nudismo, IU presentará otras dos en el Pleno de mañana.
A través de una de ellas se exigirá al equipo de Gobierno que instale, “a la mayor brevedad”, una cubierta para que los mayores puedan disfrutar de la zona deportiva que ahora está al aire libre en el anexo del pabellón del casco antiguo. Terrada recuerda que se trata de una promesa que hizo la alcaldesa cuando se inauguró el rencinto “y un año después seguimos esperando, ya por lo pronto los mayores no han podido hacer uso de esta instalación en verano por las altas temperaturas, esperemos que no ocurra lo mismo en invierno por la lluvia”.
La otra propuesta estará relacionada con la construcción del nuevo pabellón Portillo, ubicado en pleno corazón del barrio de San Severiano, y cuya fase de demolición acumula ya un retraso de tres meses y medio. “Ya han pasado dos años y medio desde que se licitó la obra y no hay excusas para que se inicien de una vez. Había un problema con un vecino al que afectaban los trabajos, pero se consiguió solucionar”, apuntó el concejal.
