Un curioso estudio ha demostrado que nuestra salud, y hasta nuestra suerte, puede modificarse dependiendo del estado de ánimo
Un curioso estudio ha demostrado que nuestra salud, y hasta nuestra suerte, puede modificarse dependiendo del estado de ánimo. En dicho estudio se contabilizaba el número de linfocitos en un grupo de personas.
Este recuento se volvía a hacer tras un período de tiempo en el que la mitad de los individuos había estado sometidos a situaciones alegres que les provocaban risa. Al comparar el número de linfocitos de los dos grupos se comprobó que habían aumentado en los que más habían reído o habían estado sometidos a un ambiente positivo.
La conclusión era que el bienestar y la felicidad mejoran la situación inmunológica del individuo. Era la primera vez que se podía demostrar, de manera experimental y objetiva, la influencia de la mente en la salud humana.
La hipnosis, tan desprestigiada por truculentos y jocosos espectáculos, se ha aplicado en la medicina, sobre todo como anestesia y en determinados procedimientos psicoterapéuticos como, por ejemplo, para dejar de fumar y en el tratamiento de enfermedades dermatológicas.
Se ha utilizado la sugestión en el tratamiento de las verrugas de origen vírico, publicando sus buenos resultados ya en los años 1927 y 1935.
Nuestro cuerpo y nuestra mente interactúan. Por medio de los sentidos percibimos nuestro mundo y, a través de ellos, la información llega al cerebro; éste, a su vez, reacciona de forma consciente o inconsciente en respuesta a los estímulos. Por ejemplo, recordamos un lugar por el perfume de una flor o por el sabor de un queso; un determinado momento por una canción, etc.
La sugestión nos afecta a diario. Los medios de comunicación abordan nuestro subconsciente con mensajes de publicidad, opiniones, información, mensajes subliminares, etc. También la escuela utiliza la sugestión ya que está implícita en la intención de quienes escribieron los libros de texto.