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Andalucía

Santiago del Valle será juzgado por otro caso de abusos a una menor

Santiago del Valle, encarcelado por la muerte de la pequeña Mari Luz Cortés, será sometido el próximo jueves a su cuarto juicio por abusos sexuales a menores...

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Santiago del Valle, encarcelado por la muerte de la pequeña Mari Luz Cortés, será sometido el próximo jueves a su cuarto juicio por abusos sexuales a menores, en este caso una niña de 4 años, un delito por el que el fiscal pide para él tres años de cárcel con la agravante de reincidencia.

Fuentes del caso dijeron ayer a Efe que el juzgado penal 5 de Sevilla enjuiciará a Del Valle por un presunto abuso cometido el 8 de diciembre de 2006 en el patio comunitario de Sevilla donde vivía la menor, a la que cogió en brazos y le tocó la zona genital y los glúteos. Este hecho fue presenciado por una vecina que le recriminó su acción, ante lo cual el acusado huyó del lugar.

Éste será el cuarto juicio que se celebre en los últimos años contra del Valle por presuntos abusos sexuales a menores, ya que sobre él pesa una condena de 21 meses por abusar de su propia hija de 5 años, otra de dos años por tocamientos libidinosos a una niña en Sevilla, y en julio pasado aceptó dos años y medio de prisión por abusos sexual a una menor en Gijón.

La Fiscalía de Sevilla ha pedido para él tres años de cárcel y 10.000 euros de indemnización, la máxima pena, considerando la agravante de reincidencia y la especial vulnerabilidad de la víctima, al ser una niña de 4 años, según fuentes judiciales.

La defensa, por su parte, solicitará la absolución pues considera que no hay pruebas suficientes de los abusos, porque la madre de la niña no llegó a ver al acusado pese a que inicialmente dijo que sí, y la vecina solo le vio de lado.

Por su parte, la acusación particular que ejercen los padres solicitará tres años de cárcel, 12.000 euros de indemnización y la prohibición de acercarse a la niña durante cinco años.

Las acusaciones no aprecian en el imputado ninguna atenuante, pues la esquizofrenia que padece “no le impide discernir la ilegalidad de sus actos”.

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