Salvador Gabarró Serra (1935) ha sido presidente de Gas Natural Fenosa durante casi doce años. Una etapa del grupo que se ha caracterizado por el crecimiento y a la consolidación internacional. De trato afable, prudente, dotes diplomáticas y excelente relación en las distancias cortas, Salvador ha liderado con habilidad las relaciones y la gestión que han permitido este gran salto hacia delante de la multinacional energética.
"A mí, el trato personal siempre me ha funcionado bien, me he entendido con la gente y, precisamente, creo que esa es una de las cosas que más me han gustado", explicó Salvador Gabarró al autor del libro "Conversaciones empresariales con Salvador Gabarró" editado en el año 2002, dos años antes de su llegada a Gas Natural Fenosa.
Gabarró nació en un pueblo pequeño de la Segarra, Sant Guim de Freixenet, una zona árida de Lleida, de campo, fronteriza ya con la provincia de Barcelona y especialmente duro por su climatología y por los pocos alicientes que ofrecía a una persona emprendedora e inquieta como él. Cuando se fue a estudiar a la Escola Industrial d'Enginyers Industrials de Barcelona ya no quiso volver para aplicar lo aprendido en su pueblo natal y empezó enseguida su andadura profesional en Barcelona.
"Mi padre esperaba que cuando yo acabara la carrera volviera con él, pero el pueblo era pequeño -aunque iba creciendo- y yo tenía ganas de hacer cosas más sofisticadas, lo que fuera, y le di un disgusto cuando le dije que no". *
Su primer trabajo fue en Perfumería Parera (Badalona), empresa familiar en la que le encargaron elaborar el proyecto de la nueva fábrica y la gestión del negocio, y su segundo trabajo, en Roca, en la que pasó la mayor parte de su vida profesional ocupando diferentes responsabilidades, entre ellas la Dirección General de Producción en 1969 y la gerencia en 1974, cargo que ocupó hasta noviembre del año 2000, cuando se retiró tras haber cumplido los 65 años.
"Yo tuve una gran sorpresa cuando me nombraron director de fabricación, porque no me lo esperaba. Era el cargo más importante de la compañía que no estuviera ocupado por alguien de la familia….A veces, no sabes por qué suceden las cosas, pero fueron así."*
De su trayectoria en Roca siempre recuerda el esfuerzo, la constancia y todo lo que hubo que trabajar para crear el gran grupo que es hoy, innovando y estando siempre a la cabeza de un sector tan particular como el de los sanitarios. Su prioridad en esos años era Roca.
Al cabo de pocos años de su jubilación, y a pesar de que él ya estaba pensando en poder pasar más tiempo con su familia, su vida empezó a cambiar de nuevo cuando le llamaron para ser consejero de "La Caixa" en el año 2003.
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En un momento dado, Josep Vilarasau me propuso entrar en el consejo de administración, y lo hice con mucho gusto, porque "la Caixa" es una entidad encantadora, muy bien gestionada, donde los que la gestionan no necesitan muchos consejos porque saben mucho más que tú. Y es una cosa simpática, agradecida, muy nuestra, y por tanto, me hizo ilusión que tuvieran aquella deferencia de proponerme ir al consejo."*
En octubre del año 2004 fue nombrado presidente de Gas Natural SDG por "La Caixa, con lo que volvió de nuevo a la actividad diaria. Esta nueva responsabilidad le dio la oportunidad de vivir el mundo de la empresa desde otra óptica, con el gran bagaje adquirido durante muchos años de estar al pie del cañón y aplicando los valores personales que siempre le han acompañado.
"La ilusión en una empresa no se acaba nunca, siempre tienes metas nuevas. Es más, yo le diría que esto se lleva con más serenidad cuando uno se hace mayor que cuando se es más joven. Te quemas más al principio que cuando tienes más experiencia.
Cuando tienes más experiencia sólo sufres por lo que depende de ti y no por lo que depende de los demás… Pase lo que tenga que pasar, no nos tenemos que obsesionar por las cosas que no podemos evitar. En este aspecto, los años sí que te endurecen." *
Salvador es una persona sencilla y campechana. Para él las personas son lo más importante, junto con los valores de la familia.
No en vano, una de las primeras cosas que hizo cuando fue nombrado presidente de Gas Natural fue visitar todos los centros de trabajo y saludar personalmente a los empleados, interesándose por lo que hacían. Esto mismo lo hizo de nuevo en el año 2009, en los primeros meses tras la fusión de Gas Natural con Unión Fenosa, uno de los hitos destacados del grupo bajo la presidencia de Salvador Gabarró.
En cuanto a la familia, siempre ha dejado claro la importancia de la suya para él, y lo cierto es que siempre ha preferido si el deber no obligaba, pasar el tiempo con los suyos que asistir a eventos sociales. Su esposa, Ma Fernanda, con la que se casó al poco tiempo de ingresar en Roca, le ha acompañado siempre en los momentos importantes de su vida personal y también profesional.
"Ella (mi esposa) siempre me ha ayudado mucho. Me lo ha puesto fácil. Yo creo que tiene que ser muy complicado si no tienes una mujer, una familia, que te dé apoyo. Una familia te equilibra. Es un contra preso que te da serenidad cuando llegas a casa. En cambio, si no te entiendes con los de casa o eres soltero, tiene que ser horrible, porque necesitas cargar baterías". *
Al cabo de pocos días de su llegada a Gas Natural como presidente, Salvador reunió a su equipo directo de Comunicación en su despacho de la antigua sede del grupo en la Av. Portal de l'Àngel de Barcelona para presentarse y conocer a sus colaboradores. Lo primero que dijo fue
"Yo soy Salvador, y tomando en sus manos una fotografía que tenía bien visible en su mesa, les dijo: "Y ésta es mi esposa Fernanda, mi hija y mi nieta, mi familia". Todo el mundo entendió rápidamente la importancia de ese pequeño núcleo de personas para él, también en ese nuevo momento de su vida como presidente de una gran compañía.
Durante su trayectoria profesional, Salvador Gabarró compaginó casi desde el primer momento sus responsabilidades al frente de las compañías con la participación activa en instituciones como la Cambra de Comerç de Barcelona o el Cercle d'Economía. A veces en representación de las compañías en las que trabajaba y otras veces a título personal, y llegó a ser presidente del Cercle d'Economia entre 1999 y 2002.
"A mí el Círculo de Economía siempre me ha gustado, porque ha sido un círculo muy liberal. Yo era socio desde hacía muchos años e iba a todas las reuniones Costa Brava. Cuando nombraron presidente a Josep Piqué, me propuso ser miembro de la Junta Directiva, pero me engañó. Me llamó y me dijo: "Quiero que estés en la Junta Directiva". Yo le dije que no era necesario, que participaría e iría a los actos, pero insistió, y le dije: "Está bien, Josep". Y después leo: vicepresidente. "¡Oye, que no me has avisado! Después, al cabo de dos años, cuando nombraron a Josep Ministro de Industria, dejó el cargo en el Cercle, y subió a la presidencia Pedro Fontana, que después me propuso a mí."*
"El Cercle es muy agradecido. Te lo pasas muy bien y se debate mucho. En la Junta Directiva siempre hay un gran debate de temas y muchas opiniones, porque tiene una composición muy variada de empresarios, de economistas, de profesionales liberales. Es una discusión muy bonita, muy enriquecedora. ¿Y por qué estoy ahí? Pues por esa cuota de responsabilidad social que creo que debemos tener."*
Celoso de su vida privada, siempre ha preservado sus opiniones y detalles personales. Su única afición conocida, de la que alguna vez ha hablado es la pesca.
"Los fines de semana, afortunadamente, he sabido desconectar bastante del trabajo diario. Y tengo desde hace muchos años una afición, que es la pesca. Me gusta pescar en el mar, siempre he tenido una barca con la que voy a pasear y a pescar. En el río también me gusta, pero era muy malo, no llegué a aprender nunca."*
Entre sus máximas como ejecutivo destaca el pragmatismo, que reconoce abiertamente entre sus colaboradores y su equipo directivo.
"Hay que delegar mucho y dar autonomía. Y así puedes tener a mucha gente por debajo de ti, pero a base de no molestarlos, de decirles: "Espabila y no vengas a verme hasta que tengas un problema". *
Muchos de los trabajadores del edificio sede de Gas Natural Fenosa en Barcelona, donde Salvador ha acudido cada mañana (siempre que no estuviera de viaje) durante estos últimos doce años, han coincidido en algún momento con él en el vestíbulo o en el ascensor. Pues Salvador, aunque acudía en coche al despacho, se bajaba dos o tres manzanas antes, y aunque lloviera o luciera el sol, caminaba hasta el edificio y se mezclaba con los empleados y empleadas con los que charlaba en el ascensor. Casi siempre aprovechó esos momentos para preguntarles a qué se dedicaban dentro de la empresa o a qué área pertenecían, y entonces, "rápidamente se los metía en el bolsillo".