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La tribuna de El Puerto

Del dicho al hecho...

La remunicipalización de Apemsa, al igual que los aparcamientos, el fiasco del centro animal o las subcontratas, se diluyen en las socorridas comisiones

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El tiempo municipal parece no ser el mismo que para el ciudadano normal y corriente. Si no, no se explica cómo el Ayuntamiento demora uno tras otro cualquiera de los frentes que siguen abiertos con dilación y sin visos de dar respuestas.

El bipartito empieza a asemejarse a la viva imagen del dócil avestruz. Ya saben, esquivar y ocultarse en cada uno de los problemas, como si al no verlos estos desaparecieran por arte de magia. Posponer y alargarlos, cómo si en cada acto dejase para un futuro lo que a día de hoy no se puede o no se sabe zanjar. O como incómoda herencia.

La previsibilidad es la peor arma para un Gobierno inmóvil y paralizado, pues el esquema utilizado es siempre el mismo. Estudiar, marear en intenciones y cuando ya la espera es límite, crear una comisión para dar voz (que no voto) a todos. ¿Qué consigue?, ser preso de sus limitaciones y aumentar a los descontentos. Ya tienen en contra a los colectivos sociales, a los animalistas, a los trabajadores de las subcontratas y a los sindicatos.

Hasta el que le dio la llave de la Alcaldía ya los tiene en frente. Y quedan tres años. Este Ayuntamiento necesita virar urgentemente para amortiguar la anunciada caída.

El descrédito aumenta y ganarse la confianza no es tarea fácil. Hablar de revertir Apemsa no deja de sonar a utopía y a osadía del que ni está ni se le espera.

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