La motivan la ubicación de establecimientos, entidades bancarias, colegios o bares
La doble fila es un peligro para los conductores, puesto que el hecho de encontrar en el camino un obstáculo hace que el conductor intente rebasarlo, en algunos casos teniendo que invadir el sentido o carril contrario, lo que provoca además cierto caos circulatorio. Pero lejos de ser una práctica poco extendida, en la ciudad no son pocas las calles en las que es usual este tipo de conductas, sin que haya sanción o control por parte de la policía.
La situación más descarada es la que se produce en la avenida de Fuentebravía, frente al centro escolar San Luis, donde los padres aparcan con total impunidad en doble fila, encima de la acera o en el sitio reservado para la parada de autobús, siendo además la hora punta, desde las dos hasta las tres de la tarde (orden en que salen los distintos cursos de alumnos). La policía tiene constancia de esta práctica, pero no se hace nada para que disminuya y se erradique poco a poco. Rosa María Otero asegura que “no veo lógico que los padres sean tan cómodos para no poder venir antes e intentar aparcar, como hago yo. Si no es en la misma puerta ya encontrarán en alguna calle más alejada, pero me parece de vergüenza que incluso se rebasen las aceras por donde después tenemos que pasar los peatones, teniéndonos que echar a la calle”.
Otra vía donde es muy usual la doble fila es la avenida de la Libertad, tanto en el tramo más cercano a la rotonda de Los Descubridores como ya en el cruce con el parque Europa. En el primer tramo señalado la doble fila está provocada bien por la salida o entrada de los alumnos en los dos colegios cercanos, Las Dunas y Pinar Hondo, o bien por la localización de establecimientos, siendo en muchos casos para el conductor más cómodo dejar el coche mal aparcado que intentar buscar una plaza de aparcamiento.
Pero también esta situación es provocada por la existencia de entidades bancarias, como ocurre en el segundo tramo indicado. “La gente no se molesta en intentar aparcar bien aunque sea para ir al banco cinco minutos. Parece que nos puede la prisa de llegar a todos lados corriendo y acelerados, y al final se forman jaleos porque hay quien quiere salir y no puede”, indica un vecino de la zona, Luis Llamas, que corrobora que “la policía tampoco viene mucho por aquí, por lo tanto, no creo que haya muchas sanciones por poner el coche en doble fila, aunque me parecería bien que multaran”.
Esta situación también se repite en Manuel Prieto, aunque será eliminada debido a las obras actuales que provocarán que las plazas de aparcamiento tomen una forma distinta a la habitual, por lo que no dará lugar a la eterna doble fila de coches, motivada igualmente por la ubicación cercana de distintos establecimientos.
Similar es esa doble fila en la avenida de la Constitución. La ubicación de distintos establecimientos, bares o un estanco provocan que la comodidad impere ante la posible situación de tráfico complicada que se pueda provocar al dejar el coche mal estacionado. A pesar de que esta avenida es mucho más amplia que otras, se tiene que invadir el sentido contrario, con el consabido peligro que tienen este tipo de actuaciones indebidas.
Valdés, una calle de gran afluencia de tráfico, tampoco se escapa a la doble fila. Algunos residentes confirman que el problema es que las plazas de aparcamiento son pocas, en consonancia con la cantidad de viviendas, establecimientos o bares y restaurantes existentes, por lo tanto, casi que muchos de los usuarios de esta práctica la justifican puesto que no es cuestión de comodidad sino de inexistencia de espacio. Pero en este caso también hay que invadir un sentido de circulación, siendo mayor el peligro debido al gran número de vehículos que pasan por la misma de manera habitual y a cualquier hora del día, pero hasta el momento tampoco se ha actuado.