Gas Natural Fenosa obtuvo un beneficio neto de 1.462 millones de euros en 2014, lo que supone un aumento del 1,2% respecto a un año antes, impulsado por el negocio internacional y pese al impacto regulatorio en España, según ha informado este martes el grupo energético.

   Este resultado incluye las plusvalías de la venta de Gas Natural Fenosa Telecomunicaciones y sus participadas por 252 millones de euros y deterioros de inmovilizado e inversiones por el método de participación por 532 millones de euros, así como su correspondiente efecto fiscal.

   Asimismo, incluye el impacto positivo de la reducción del tipo de gravamen general del impuesto sobre sociedades por 325 millones de euros, anunció en una nota la compañía presidida por Salvador Gabarró.

   Ajustando dichos efectos, el beneficio neto ajustado disminuiría en un 2,8% debido a los impactos regulatorios y de la depreciación de las monedas, fundamentalmente latinoamericanas, en su traslación contable a euros en el proceso de consolidación.

   El resultado bruto de explotación (Ebitda) se situó en 4.853 millones de euros, un 0,1% más, a pesar de la "significativa" contención del gasto, en un entorno macroeconómico, energético y regulatorio "muy exigente".

   El equilibrio entre los negocios regulados y liberalizados tanto en el mercado de electricidad como de gas, así como la diversificación geográfica, permitieron revertir los efectos negativos relacionados con el entorno macroeconómico.

   Los impactos relacionados con cambios regulatorios en 2014 asociados a la reforma energética anunciada a mediados de 2013 y al real decreto ley 8/52014 ascendieron a 141 millones de euros sobre el Ebitda. En total, el impacto regulatorio sobre esta variabla alcanzó los 600 millones de euros el año pasado.

   El Ebitda de las actividades internacionales aumentó un 3,7% y equivalió al 44,7% del total, frente al 43,2% un año antes. El Ebitda de la actividad en España se contrajo un 2,7%, hasta equivaler al 55,3%.

PAY OUT.

   Por otro lado, la compañía indica que destinará un total de 909 millones de euros al reparto de dividendos, lo que equivale a 0,908 euros por acción y a un incremento del 1,2% con respecto a los distribuido un año antes.

   La compañía continúa comprometida con una "sólida política" de reparto del dividendo en efectivo y prevé mantener el pay out en niveles del 62%, en línea con los porcentajes de los últimos años y de los objetivos de desapalancamiento y crecimiento.

   La deuda financiera neta se situó al cierre del año pasado en 16.942 millones de euros, con el que el apalancamiento quedó situado en el 48,5%. El 95,3% de la deuda financiera tiene un vencimiento igual o posterior a 2016.

   Las inversiones materiales e intangibles acometidas durante el ejercicio ascendieron a 1.799 millones de euros, lo que supone un incremento del 23% con respecto al año anterior.