Seis camiones de basura salieron anoche sobre las 00.15 horas con la correspondiente escolta policial para realizar su trabajo entre la disconformidad de los representantes del comité de huelga, que asegura que deberían haber sido cuatro según los servicios mínimos.
Efectuaron la salida tras más de dos horas en el que el ambiente se fue caldeando a medida que el frío se hacía más intenso. A las 22.00 horas había convocado Izquierda Unida a diversos colectivos y ciudadanos para mostrar su apoyo a la huelga en la nave de la empresa Sufi Cointer en la Zona Franca.

Despliegue policial

La Policía Nacional y la Local efectuaron un despliegue de una veintena de agentes en la confluencia de las calles Algeciras y Tarifa, por donde los camiones tenían que salir. Es en esta última vía donde se formó un cordón policial que impedía al centenar largo de personas que se habían concentrado entrar o taponar la puerta de entrada de las instalaciones de Sufi Cointer.
Gritos como “la basura está dentro” y “esto nos pasa por un Gobierno facha” caldearon el ambiente.

La hora de las 23.30 se acercaba, momento en el que debían salir los camiones, pero las negociaciones atrasaron ese momento.

Tensión

Pese a que la sangre no llegó al río, se vivieron momentos de tensión dado que el comité de huelga quería convencer a los trabajadores que accedían a la nave entre abucheos de que desistieran y se unieran a la causa. Finalmente, la Policía Nacional dejó que una representación hablara con un responsable de la empresa. El comité de huelga esgrimía un papel de la Junta de Andalucía con los servicios mínimos. Mientras tanto, el representante de la empresa le entregó un comunicado de Sufi Cointer que exigía que se leyera en alto antes de arreglar los servicios mínimos.

En el comunicado Sufi Cointer afirma que la huelga no es legal y que quedó desconvocada al no haber recibido ninguna comunicación oficial del aplazamiento de 48 horas del pasado lunes. Tras esto un representante de la empresa, con una atmósfera de nerviosismo destacable, leyó los nombres de los trabajadores designados para los servicios mínimos.

Entre gritos y abucheos, la tensión iba en aumento. Entre amenazas de los huelguistas de que los servicios mínimos no iban a salir, la Policía comienza a despejar de la puerta de los representantes de los trabajadores. Es cerca de las doce de la noche. Uno de los huelguistas se tumbó en la carretera y tuvo que ser izado por los policías. La tranquilidad se impuso y la cosa no fue a mayores. En un último intento, miembros del comité de huelga trataron de convencer a los trabajadores que se preparaban en la nave de que se unieran a ellos. Logran que tres abandonen la nave entre aplausos, aunque optan por irse a sus casas visiblemente enfadados y no se quedan con los huelguistas.

A las 00.07 horas se fue la luz en la zona, lo que elevó por momentos el nerviosismo, pero dos minutos después regresó. A las 00.16 horas comienzan a salir los camiones entre los abucheos, las protestas y los insultos de los allí presentes a los trabajadores que van en los vehículos. La indignación de los huelguistas alcanzó cotas máximas cuando vieron que eran seis los camiones que salieron a hacer la ruta por la ciudad. Afirmaban que debían haber sido cuatro.  Finalmente, pasadas las doce y media, la tensión se fue acumulando y la concentración se disolvió.