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El ojo de la aguja

El jinete

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No se puede3 obviar el hambre; hace algunas décadas, en época ficticia de bonanza, observábamos todos los aconteceres nefastos que propician este mal, desde muy lejos. África, la más sufrida, la India y muchos países latinoamericanos. El jinete del hambre cada vez cabalga con más prisa, como tratando de adelantar al tiempo, ese tiempo que en cada instante que se consume se hace más corto.


Ahora el hambre ya la tenemos nosotros, en los que estábamos y en los que se han integrado de otras nacionalidades y han hecho a nuestro país más grande. La economía mundial se cae por su propio peso, ¿de dónde procede el mal de los males? La cuerda siempre se parte por el sitio más flojo. LA familia, la sociedad en su conjunto, hacen que el jinete se detenga en cada puerta de cada casa, no hay una casa de familia en la que el fantasma del paro no esté presente. ¿Adónde llegará aparar esta espiral que los sabedores y mandantes del mundo no saben cómo detener? Uno se pregunta, ¿sabrán algo extraño precisamente esos sabedores y no lo sacan a la luz por no crear una alarma a nivel mundial? Manos Unidas se esfuerza como cada año, tratando de mover todos los hilos disponibles desde las distintas esferas, para aliviar en cierto modo esa epidemia de vientres hinchados, de mortandad infantil, que por sus números sobrecoge, que horroriza y hace temblar al más pintado. Pero, es que se ha perdido en su totalidad la condición del ser humano por excelencia? Se trata de invertir, crear proyectos para el desarrollo de la Tierra, pero cada vez son más ingentes los recortes dedicados al tercer mundo, ¿hasta dónde vamos a llegar? Volvemos hacia atrás como el cangrejo, negamos la luz que nos ilumina y no tenemos en cuenta lo fructífero del despertar de cada mañana, porque al instante, cuando nos apretamos el nudo de la corbata, ya la mente es otra, y nos adentramos en el mundo de las tecnologías, sin mirar hacia atrás, pretendiendo adelantar a ese jinete que no podemos darle alcance y que nos lleva una gran delantera. Tierra de por medio, la cuestión está en mirar siempre adelante y pisar al que está debajo, no importa que se agranden las guerras, que se saquen enormes beneficios de las confrontaciones con los armamentos, que el hemisferio se llene de revueltas, que la Naturaleza, tan dañada, reviente, lo importante es seguir adelante en un banal intento de infinitos en ese afán estéril de adelantar al jinete en las trampas del tiempo.

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