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Alianda

Salvaora de Rebeco, adiós a una gran mujer

Esta gitana que murió el pasado sábado, a los 93 años, era tan especial que difícilmente pueda nacer otra como ella, con su carisma y sentido del humor

Publicado: 18/03/2025 ·
13:17
· Actualizado: 18/03/2025 · 13:28
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  • Salvaora, en el centro, con otras mujeres de Tío José de Paula -
Autor

Juan Garrido

Periodista jerezano, director y presentador de 'Alianda', el espacio flamenco de Publicaciones del Sur

Alianda

El flamenco es objeto de estudio, opinión e información en este apartado que nace en Jerez pero que abarca toda la actualidad andaluza

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El pasado sábado me informaba Victoria Prado del fallecimiento de Salvaorita de Rebeco, a sus 93 años, después de un tiempo delicada de salud. Ambas, además de tener una relación prácticamente familiar por la cantidad de años de amistad que les unía, pertenecían al cuadro de mujeres de la Peña Tío José de Paula. Aunque “yo no soy artista”, como me reconoció en una entrevista que le realicé para la revista digital Expoflamenco, Salvaorita tenía todos los ingredientes para serlo, todo el arte del mundo en sus muñecas, en su sonrisa, en su baile. Carisma, al fin y al cabo.

La vida nos regala este tipo de experiencias, esta clase de personas con las que compartir algunos momentos especiales a pesar de la distancia generacional existente. Hace unos días, la Peña Buena Gente ofreció un gran homenaje a esas “tatas” de Tío José que durante décadas estuvieron subiéndose al escenario para llevar el compás más genuino de unas “amas de casa” cuyos objetivos eran disfrutar y compartir. Ya son muchas las que no están, la última en dejarnos ha sido Salvaorita, una de las más especiales del grupo por su eléctrica personalidad, su baile y su cante tan casero como lleno de compás. 

La pérdida de esta gran persona, que un día me abrió las puertas de su casa para hablar durante dos horas y sus brazos para abrazarme para siempre, me hace reflexionar en la importancia de todas esas mujeres a las que la historia no les permitió dedicarse al arte de forma profesional porque “lo primero era la familia”. Gracias a movimientos como el que en su día iniciaron los miembros de Tío José, como Joaquín El Zambo, Curro de la Morena o José Vargas El Mono, con los entonces presidentes Ángel Morán o Manuel Flores, muchas de esas gitanas del barrio de Santiago encontraron una nueva fórmula para desconectar, ser felices y celebrar la vida. Mencionarlas sería arriesgarme a dejarme a alguna fuera, por desmemoria, pero sí que si entran en el salón de actos de la peña Tío José pueden encontrar algunas fotografías de todas las que pasaron por sus filas.

Uno de los grandes hitos de este grupo, que en 2010 recibió el premio Ciudad de Jerez, fue la grabación en 1999 de la zambomba en, curiosamente, una casa de vecinos de la Cruz Vieja y que emitió TVE, con la presencia de Macanita, José Mercé, Antonio El Pipa, El Nano, Fernando Moreno… Quizás para los que entonces veían la televisión no era nada más especial que llevar una popular celebración a la pantalla, pero con el paso del tiempo se ha convertido en un auténtico tesoro cultural puesto que el tiempo devoró esa estética, esos rostros, ese concepto. ¡Qué envidia! Me hubiera encantado estar ahí. Pasaron posteriormente al Villamarta, a la zambomba de la Federación Local de Peñas Flamencas, la primera vez que se hacía. Resultaba gozoso verlas acicaladas, tan jerezanas y majestuosas, con tanta clase y tanto compás. Y ahí estaba la protagonista de estas líneas, cantando, bailando, jaleando, haciendo más especial la fiesta, dibujando la esencia de una casa donde en su niñez el cante y el baile era el pan de cada día. Flores y colores, lunares y su roete.

Salvaora era un corazón noble y generoso, con mucha personalidad, por eso también viajó al extranjero en varias ocasiones con otros grupos y fue bastante amiga de Lola Flores, su gran ídolo, llegando incluso a participar en el programa de Tele5 El Tablao de Lola. Mujeres que fueron cumpliendo sus sueños y que dejaron un legado para la historia. Volviendo al otro día, al homenaje en la Buena Gente, solo estuvieron de aquella primera época Victoria, Yoya y Juani del Peña, y yo mismo me lamentaba del paso del tiempo y de “la ley de vida”. Se les echa mucho de menos, fueron santo y seña de nuestra cultura y ejemplo para muchas mujeres, como lo fue Salvaorita y su braceo. Fue un honor conocerte.

 

 

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