Este jueves se salda una deuda pendiente. Manuel García Caparrós recibe el homenaje que merece, porque “salió a la calle con la bandera de su tierra, la llevaba con el orgullo de quien sabe que su pueblo tiene derecho a elegir su futuro, y no volvió”, ha dicho  el delegado del Gobierno en Andalucía, Pedro Fernández durante el acto de homenaje a Caparrós que ha organizado el Gobierno, a través de la Secretaría de Estado de Memoria Democrática, una Declaración de Reconocimiento y Reparación.

Caparrós tenía 18 años cuando recibió un disparo de la Policía Armada durante la manifestación por la autonomía de Andalucía el 4 de diciembre de 1977. Su familia ha estado 47 años luchando por la memoria de su hijo, hermano y tío; 47 años esperando para que el Gobierno de España le reconozca como víctima del postfranquismo. “Una bala lo cambió todo”, ha dicho Loli García Caparrós, hermana de Caparrós: “Su muerte fue dura para nuestra familia, nuestro padre luchó por la verdad y solo encontraba puertas cerradas y nuestra madre se fue poco a poco con la pena”.

Las tres hermanas han dedicado “cuerpo y alma a luchar contra el olvido” y para poner nombre y apellido a los asesinos con el “arropo de mucha gente y lugares”. Lucha histórica por saber la verdad, que parece llegar a su fin, tras el anunciado de la vicepresidenta primera del Gobierno, María Jesús Montero, quien ha informado de que el PSOE y Sumar van a impulsar una iniciativa en el Congreso de los Diputados para “desclasificar de forma total y completa, sin anonimizar, todos los documentos que se custodian en las Cortes en relación con la muerte”.

“Queremos saber la verdad sin tachones ni omisiones, porque hay que hacer verdad, justicia y reparación con Caparros y también con la sociedad andaluza”, ha añadido el coordinador general de IU-A y diputado por Sumar, Toni Valero. Un acto de justicia a quien fue asesinado por la espalda por defender una Andalucía libre.