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A curarse en salud

Un peo pa ti

Vamos a contar que suponen los gases y más concretamente que es un peo, que no pedo, dentro de nuestro organismo...

Publicado: 22/12/2024 ·
09:21
· Actualizado: 22/12/2024 · 09:21
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Autor

Fernando Arévalo Rosado

Médico. Colaborador en Viva Barbate, Radio Barbate, Portal de Cádiz, SER deportivos, Onda Conil y Canal Sur (Salud al día)

A curarse en salud

Fernando Arévalo Rosado ofrece consejos y actualidad de salud sin jerga médica

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No les estoy insultando, ni es mi intención el menosprecio o desearles algo malo. Vamos a contar que suponen los gases y más concretamente que es un peo, que no pedo, dentro de nuestro organismo.

El peo se forma principalmente en el colon, que es la última porción de nuestro intestino, especialmente con el consumo de fibra vegetal, al no poder nuestro organismo digerirla, pero sí lo hacen los microorganismos de nuestra flora intestinal. También se forma por alimentos ricos en carbohidratos complejos (habichuelas, leche, brócoli, castañas, cebolla, coles, alcachofas, etc). Igualmente influyen en su formación comer demasiado rápido, beber en pajita, hablar mientras comemos (se ingiere más aire), bebidas con gas, masticar chicle, chupar caramelos, la fibra, los sustitutos del azúcar como edulcorantes, enfermedades intestinales, sobrecrecimiento bacteriano, intolerancias alimenticias y el estreñimiento. En su composición el peo está formado por nitrógeno (70-85 %), hidrógeno en cantidad variable porque es producido por algunos microorganismos y consumido por otros (0-50 %), dióxido de carbono bien ingerido o producido por microorganismos aerobios (10-30 %), metano producido por microorganismos anaerobios (0-10 %) y oxígeno ingerido (0-10 %).  Además el metano y el hidrógeno son inflamables por lo que pueden entrar en combustión si le arrimamos fuego. Con esto se demuestra que su principal composición no es el metano como se cree, sino el hidrógeno.

Su sonoridad se debe a la vibración del ano a su paso, dependiendo de lo cerrado que esté el esfinter anal, de la grasa corporal, de la humedad y la velocidad de paso del gas sonará más o menos. El peo llega hasta ahí por el mismo movimiento peristáltico intestinal de las heces, pero las terminaciones nerviosas del recto aprenden a identificar si se trata de gases o de heces, salvo las deposiciones líquidas que pueden llegar a engañar a las terminaciones nerviosas y producir un peo con algo más...

También existe el peo vaginal con un sonido muy parecido al anal que puede ocurrir durante el acto sexual, por un estiramiento, con el ejercicio físico o porque como el otro se escape, pero a diferencia del anterior no genera olor porque no proviene de la fermentación de la microbiota intestinal sino que es simple aire. Todos los animales expulsan gases, desde la hormiga hasta los peces pasando por los reptiles, teniendo más mal olor el de los carnívoros que el de los herbívoros por la composición de esos alimentos ricos en proteínas. Este mal olor proviene de la ruptura de proteínas que generan trazas de ácido butírico (da el olor a mantequilla rancia), sulfuro de hidrógeno y disulfuro de carbono (olor a huevos podridos). Producen los peos, dolor, sensación de un "nudo en el estómago", de presión, de estar llenos (saciedad) y un aumento del tamaño abdominal. Debemos consultar al médico si los gases son tan continuos que interfieren en nuestra vida diaria, heces con sangre, cambio en el color, en la consistencia o en la frecuencia de las deposiciones, pérdida de peso, estreñimiento/diarrea persistentes, náuseas o vómitos y dolor abdominal frecuente. A los gases en general y peos en particular, también se les ha culpabilizado de contribuir al efecto invernadero sobre todo por el ganado. Incluso llegó a firmarse el protocolo de Kioto en Nueva Zelanda que incluía el llamado "impuesto al peo" que contó con la negativa de ganaderos, productores agrícolas y grupos políticos de la oposición y fue finalmente abolido. En California se recoge el metano del excremento de la vaca para transformarlo en biogas y fuentes alternativas de energía similares al gas natural, a través de un proceso de fermentación y aprovechable para la industria. Lo normal es expulsar entre 13 a 21 ventosidades (eructos y peos) al día, pero para evitar la acumulación de gases además de evitar ciertos alimentos y bebidas, se debe masticar bien, beber mucha agua, comer despacio (come y calla), caminar después de comer y si son en exceso usar medicación.

No he tratado de hacer como Yuyu en carnaval y rendir un homenaje al peo, pero si conocer un poco por qué se forma, sus inconvenientes y el viaje que hace en nuestro cuerpo hasta que se elimina. No recuerden su olor porque no será agradable como el del perfume que bien aconseja en su artículo mi compañero y amigo Nicolás Herrera. Feliz Navidad y siempre buen disimulo al soltarlo en compañía en estas fiestas..... siempre nos quedará el "has sido tú".

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