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Andalucía

Echar el cierre por la guerra: otra tragedia más para los negocios que abren en Beirut

"La guerra está afectando al Líbano en general. Y a los restaurantes en particular. El primer sector que se ve afectado es éste"

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  • Tiendas cerradas en el zoco histórico de Sidón. -

En el vibrante distrito beirutí de Gemmayzeh conviven los negocios de toda la vida con los recién abiertos, como 'Kahwet 60', que abrió sus puertas hace un mes, justo cuando comenzó la ofensiva israelí contra el Líbano. Con el mobiliario y decoración a punto, ha decidido cerrar sus puertas temporalmente, al igual que otros muchos comercios golpeados por esta nueva crisis.

El brasileño-libanés Abed El Rahman Nazih Alaily, dueño de 'Kahwet 60', señala a EFE que el sector de la restauración es "el primer afectado" en esta guerra en términos comerciales: los proveedores no llegan a cumplir sus pedidos, insumos han desaparecido de las estanterías y trabajadores tienen que lidiar con sus propias tragedias, entre ellos el desplazamiento y el miedo.

"La guerra está afectando al Líbano en general. Y a los restaurantes en particular. El primer sector que se ve afectado es éste. No es sólo un tentempié: la gente viene y quiere sentarse, no es como si compraran comida y se van, sino aquí quieren quedarse más tiempo", explica para señalar que con los bombardeos israelíes, eso ya no es posible.

Concatenación de crisis

Desde 2019, el Líbano está en una acuciante crisis que se arrastra desde hace años por la corrupción de las instituciones gubernamentales y bancarias. Ese año unas revueltas populares tumbaron a algunos de los acusados de robar a la nación, como el director del Banco Central libanés, Riad Salameh, que estuvo tres décadas en ese puesto y ahora está detenido bajo investigación.

Un año después, llegó la pandemia de la covid-19, que cerró el mundo entero, y el 4 de agosto de 2020 la explosión en el puerto de Beirut asoló la mitad de la capital del país de los cedros.

Aunque hubo un momento en el que la nación empezaba a recuperarse de esas tragedias, llegó la guerra de Gaza y prácticamente un año después, la campaña e invasión de Israel al Líbano el pasado 23 de septiembre.

El restaurador cerró su restaurante beirutí ya que "los proveedores no pueden llegar hasta nosotros, los limpiadores tienen miedo de llegar al lugar, los empleados, el chef...algunas personas tienen sus casas en el norte".

"Ahora, la mayor parte de las provisiones de alta calidad son importadas y no podemos conseguirlas, incluso los comestibles. No siempre se puede encontrar lo que se necesita, como el queso, especialmente en Beirut, una zona muy sensible, ya que la mayoría de la gente que vive en Beirut se fue", apunta.

La capital ha sido objetivo de ataques israelíes durante el último mes, aunque éstos se han concentrado en los suburbios meridionales de Beirut, conocido como Dahye, una zona que estaba densamente poblada y en la que ahora apenas quedan personas.

Alaily, que tiene otro restaurante en Sidón, no descarta volver a abrir en Beirut cuando se termine la guerra: los libaneses son "una población poderosa que ha sufrido mucho, pero que puede aguantar mucho".

Cubrir el sueldo de los empleados

A pocos metros está la galería 'GemSpace Art Gallery', que se trasladó recientemente al barrio y que sigue aún con las puertas abiertas.

"Este espacio ocupa un lugar especial en nuestros corazones, ya que ha pertenecido a nuestra familia durante generaciones", dice a EFE Jules Farjallah, el dueño de la colorida galería, que desde su nueva ubicación sigue dando la bienvenida a "todos los visitantes" para seguir difundiendo "alegría y conexión a través del arte", pese a la guerra.

Ali, dueño del popular 'Allouchi Snack' -un local de comida rápida- abrió recientemente una nueva sucursal en el distrito de Ras al Naba, "una zona diversa" en Beirut que fue atacada hace una semana por Israel.

"La comida no se detiene pero, por supuesto, se ve afectada, especialmente ahora que el volumen de todos los insumos ha empezado a bajar en el mercado", asegura a EFE.

Pese a los obstáculos, dice que son capaces de mantener el negocio, pero en estos momentos no quieren obtener beneficios.

"No quiero un sueldo para mí, pero lo importante es que estas personas que están trabajando en mi negocio no tengan que entrar en sus casas sin un céntimo en el bolsillo o un paquete de pan. La comida se puede conseguir. Que dios acabe con este calvario en paz y la gente vuelva a sus casas y las cosas mejoren, espero que la paz prevalezca en todos los países", sentencia. 

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