En su tradicional discurso de Navidad, Zoido defendió no obstante el papel de la Bolsa como proveedor de liquidez, “casi el único, junto con los bancos centrales”, además de consolidarse como referencia de fiabilidad y transparencia.
El presidente de BME reconoció que este año ha sido el peor de la historia del selectivo español, que cerrará 2008 con un retroceso de más del 40%, aunque “pierde menos que otros índices mundiales” como el Eurostoxx 50, el DAX de Fráncfort o el CAC de París.
Para el conjunto de las empresas cotizadas, indicó, la pérdida de capitalización se ha elevado hasta 338.000 millones de euros –o el 32% del Producto Interior Bruto–, lo que triplica su anterior mayor caída, en 2002.
También se refirió a la reducción de los dividendos, que si bien de enero a noviembre supusieron 26.825 millones de euros, el 15,7% más que en 2007, el importe iguala lo repartido entre los años 1990 y 1997.