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Nóminas y la 'candidable? socialista

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Tal vez por que empieza a apretar el calor, quizás porque más de uno ya piensa en que en breve se podrá ir de vacaciones, a lo mejor es que simplemente la gente (porque los políticos siguen siendo gente ¿verdad?) ve que pasa el tiempo y que las elecciones están a la vuelta de la esquina y hay que hacer méritos o simplemente porque cuando hay un pleno en Cádiz se calienta los ánimos para un par de semanas, pero lo cierto es que en estos días postvacacionales (por lo menos tristemente para quien les escribe) los ánimos se han calentado más que los termómetros de la Plaza Mina y el discurso político --entendido en su peor expresión, es decir, hablar por hablar, no con propuestas o alternativas-- ha estado más que presente en la ciudad.

Y dos temas han centrado la atención... de los políticos, porque a la gente de la calle como que le empieza a dar un poco igual de qué discutan siempre que no ofrezcan alternativas reales a sus problemas. Por un lado, de las nóminas municipales y de los problemas que va a haber para pagarlas antes de que finalice el año. En el otro, la capacidad que tienen algunos de reclamar las dimisiones ajenas, como si esto fuera la solución que necesita Cádiz... salvo que dimitan todos y ni aún así, porque los que vendrían a sustituirles acabarían haciendo lo mismo.
Arrancó la polémica la 'candidable' (es decir, candidata a ser alcaldable) socialista Marta Meléndez, quien quiso poner contra las cuerdas a José Blas Fernández al asegurar que con las cuentas municipales que han previsto antes de que acabe el año dejan de pagar las nóminas a los trabajadores municipales. Y está muy bien su preocupación por este hecho, pero creo sinceramente que debería mirar hacia la provincia antes de lanzarse a rasgarse las vestiduras por lo que puede venir encima, ya que en localidades tan cercanas como Jerez o Los Barrios --curiosamente gobernadas por sus compañeros socialistas-- o han dejado de pagar o lo hacen a plazos.

Y es que las penurias económicas de los ayuntamientos, por desgracia para todos, no son un problema de ideología ni de siglas, sino que es lo único que une a todos los partidos en algo: en que no tienen dinero ni para invertir, ni para ayudar a los ciudadanos, ni para pagar a proveedores e, incluso, a los trabajadores. Por eso, escandalizarse por que el Ayuntamiento pueda tener problemas para abonar las nóminas dará algún que otro titular, pero conlleva poca responsabilidad política -- ¿o no fue el Gobierno socialista el que quería impedir que los ayuntamientos pidieran créditos para que no se endeudaran aún más?-- y, sobre todo, poca memoria, no histórica, pero sí política.

Y es que los problemas de pago no es algo que haya descubierto la 'candidable' socialista, sino que fue el propio José Blas Fernández el que, a primeros de año, reconocía que la situación estaba muy mal y que no sabía si se podrían pagar las nóminas con normalidad durante todo el año. Por esto, tampoco se entiende que José Blas se pusiera como se puso cuando le advirtieron del peligro, ya que fue él mismo quien ya había reconocido hace meses esta posibilidad en este periódico.

Pero la pasión es un defecto de la política y donde dije Diego, digo digo y lo que hace meses era una posibilidad ahora, por obra del enfrentamiento electoral, se convierte en una calumnia, en una ofensa y en un escándalo por el que quieren pedir responsabilidades. Y es que la capacidad de los políticos gaditanos de hacer el ridículo no tiene límites y se ha podido oír al dirigente popular pidiendo la dimisión de la edil socialista. Es decir, que el que gobierna quiere que dimita el que está en la oposición. Pero no se asusten, que como era de esperar, no tardaron los socialistas en pedir la dimisión del delegado, porque en esta ciudad, y en este país, por pedir que no quede, porque al fin y al cabo nadie hace ni caso a nadie.

Pero lo curioso de esta pelea, que no es más que una repetición de las muchas que ya llevan el equipo local de Gobierno y Marta Meléndez, es que en lugar de deteriorar su imagen lo que le están haciendo es la precampaña electoral a la 'candidable'. Mientras que sigue sin haber un cabeza de lista oficial en el PSOE de cara a las municipales (y no lo habrá hasta prácticamente septiembre, porque la dirección federal socialista no cerrará el calendario hasta mediados de julio), los populares se han encargado de promocionar a Marta hasta niveles impensables para ella misma, que ya tenía bastante problemas para consolidar su candidatura --sin poder decirlo, que ya se sabe que en el PSOE pronto se corta la cabeza de quien se ofrece voluntario-- para encontrarse sin preverlo con una campaña gratuita a su favor.

Señor, señor, qué ciudad y qué dirigentes tenemos. Y eso que todavía no me he metido a hablar del Plan General, porque para eso necesito no una página, sino un periódico entero.

Salvador de la Encina, hablar por hablar
Como Salvador de la Encina está todo el día de Cádiz a Madrid y de Madrid a Cádiz, se debe haber hecho un aficionado de la radio y, en especial, del programa ‘Hablar por hablar’. O eso es lo que debe pensar el ministro de Fomento, José Blanco, que le ha enmendado la plana (por decirlo finamente) por hablar demasiado sobre el futuro del segundo puente. Quizás Salvador debería aficionarse más al ‘59 segundos’, que como me decían en el colegio: “lo bueno si breve, dos veces bueno; y si malo, menos malo”.

Navantia busca su futuro... y su presente
No pintan nada bien las cosas en Navantia y mucho menos en la industria auxiliar. Pese a que ya han iniciado movilizaciones de protesta, todo hace indicar que su futuro está más que en el aire. Y es que o la empresa se pone las pilas y empieza a buscar algo fuera de España, o van a tener unas perfectas instalaciones para pasar el rato sin hacer nada. Claro que si luego ponen al revés los motores de los barcos (como ha sucedido hace poco) pocas ofertas van a encontrar, porque sin un buen presente, difícil es hallar un buen futuro.

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