Apenas un centenar de moteros se hacía eco de esta iniciativa, en la que se mezclaban los propios jerezanos con madre y suegra incluida. Para su elaboración, como indicaron Ricardo y José, dos cocineros del norte que ya han realizado esta experiencia en Valencia, Castellón y Madrid, fueron necesarios 2.000 huevos, 120 kilos de patatas, 15 litros de aceite y 30 kilos de cebolla y, sobre todo, mucha paciencia, porque los dos estuvieron más de dos horas en pleno sol tostándose a la par que lo hacía la tortilla.
Eso sí, la gran mayoría, incluido los moteros, se quedó con las ganas de ver el momento de darle la vuelta a la tortilla, ya que los cocineros recurrieron a un método mucho más sofisticado. A eso de las tres, llegaba el momento de retirar los tickets por dos euros y hacer cola para llevarse un generoso trozo del plato español por excelencia acompañado por un pan y una bebida. Eso sí, había quien dejaba claro que como las tortillas caseras nada de nada. “Está regular, a mí me gusta más la que hago yo, además, debería ser gratis, como dijo el Ayuntamiento”, señalaba una señora mayor.