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Narcisismo

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Que nos preocupemos de nuestra imagen y nos guste sentirnos atractivos no es nada patológico. Pero ¿qué ocurre cuando la persona trata de ser el centro de atención? El trastorno narcisista de la personalidad se caracteriza por una necesidad de admiración, autopercepción de grandiosidad y falta de empatía (capacidad de conectar emocionalmente con los demás). El narcisista exagera sus logros y capacidades, se obsesiona con fantasías de éxito ilimitado, poder, brillantez o amores imaginados, comparándose frecuentemente con gente famosa o privilegiada. Cree que es especial y único y que sólo puede ser comprendido por otras personas que son especiales o de alto nivel. Exige admiración, lo que, por otro lado, denota una baja autoestima y preocupación por cómo son vistos por los demás. Es muy pretencioso y espera recibir un trato de favor especial, por ejemplo, pueden pensar que no tienen por qué hacer cola. Saca provecho de los demás para alcanzar sus propias metas y asume que están muy interesados en facilitar su bienestar.
Toda esta falta de comunicación eficaz le lleva a carecer de empatía. Es reacio a reconocer o identificarse con los sentimientos y necesidades de los demás, aunque frecuentemente les envidia o cree que los demás le envidian. Suele tener un comportamiento arrogante. Los sujetos narcisistas poseen una autoestima muy vulnerable, siendo muy sensibles y susceptibles ante la crítica. Suelen fallar en sus relaciones sociales como consecuencia de su actitud. Además, son incapaces de arriesgar nada, para evitar la posible frustración.
Este trastorno empieza al principio de la edad adulta y son varones entre el 50% y el 70% de las personas diagnosticadas. Por otra parte, hemos de tener en cuenta que los síntomas narcisistas son especialmente frecuentes en la adolescencia, lo cual no quiere decir que necesariamente el sujeto vaya a presentar en el futuro este trastorno. También hay que advertir que, a veces, encontramos personas diferentes que no son prepotentes, ni necesitan de la aprobación de los demás. Tienen facultades especiales que destacan y que, quizá por la natural evolución de la especie y de la mejora en sanidad y alimentación, cada vez son más frecuentes.

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