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Sindéresis

Me cago en el césped artificial

No he encontrado a nadie que prefiera hierba artificial, como no van a preferir jamás árboles artificiale

Publicado: 05/02/2023 ·
17:09
· Actualizado: 05/02/2023 · 17:09
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Autor

Juan González Mesa

Juan González Mesa se define como escritor profesional, columnista aficionado, guionista mercenario

Sindéresis

Del propio autor:

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Con todo respeto, y en atención a una persona que dice interesarse por la participación ciudadana, señora Cavada, se me hace muy cuesta arriba pensar que nadie, en cualquier circunstancia, prefiera que en la ciudad tengamos césped artificial a hierba natural. Quiero decir, que si a usted la parece una buena idea, pero no la apoya nadie, es el momento de plantearse lo que significa la participación ciudadana y, de hecho, gobernar democráticamente.

Yo puedo estar equivocado, claro, y ser solo una impresión mía, pero me he puesto a preguntar a todo el mundo que conozco, de cualquier signo político, y no he encontrado a nadie que prefiera hierba artificial, como no van a preferir jamás árboles artificiales o pasar el día en una playa de mentira, si pueden elegir una playa de verdad.

Puede usted extender el patrón de búsqueda a Chiclana de la Frontera, Paterna o el Cabo de Finisterre, que no creo que encuentre un solo paisano, comunista, falangista o punki al que, si le dan a elegir entre hierba de plástico o de verdad, elija el plástico. Podríamos solicitar la colaboración de algún reputado streamer que trasladara la cuestión a toda la población hispanoparlante, podríamos traducir la pregunta a todos los idiomas del planeta, que la respuesta siempre va a ser la misma. Ni en tu propio chalé, ni en tu ciudad, ni en ninguna pradera o escenario natural, nadie va a elegir el plástico, ni nadie va a elegir una nariz de goma en vez de la suya propia.


En la obra literaria Wilt, de Tom Sharpe, se refleja la atracción sexual hacia el látex y el plástico, y sondeada una muestra de 1000 personas con esta parafilia, el 100% estaría de acuerdo en que, cuando se trata de sentarse en un jardín público, como lo natural no hay nada. Podemos trasladar la cuestión un poco más allá. ¿Ha seguido la evolución del universo de las películas de Marvel? ¿Recuerda esas oleadas de seres extraterrestres que nos invadían para robar objetos que luego acabarían componiendo el Guantelete del Infinito con el que Thanos intentó acabar con la mitad de la vida en el Universo? Bueno, pues esa gente, si invadiera La Isla y encontrase un suelo de césped falso, lloraría por nuestra desgracia y rendiría armas para consolarnos.

El mismo Thanos mató con un chasquido a billones de seres vivos, pero dejó el césped.

Cuando los ángeles exterminadores destruyeron Sodoma, Dios les echó la bronca por haber estropeado los jardines. Es un maldito consenso histórico, universal.

Pero, claro, aquí encontramos una paradoja interesante. Yo estoy convencido de que todo el equipo de gobierno de San Fernando, incluyendo los concejales del PSOE y de Ciudadanos (esos concejales con afonía perpetua), también prefieren que la hierba de nuestros jardines hagan la fotosíntesis. No tengo pruebas, pero tampoco dudas, básicamente porque estamos intentando eliminar el plástico de los océanos y resulta que nos lo vamos a traer a casa solo porque se puede pintar de verde. La paradoja es que está tomando una medida en La Isla, incluso aunque hablemos en términos electoralistas, que no satisface a absolutamente nadie, y no encuentro ninguna explicación. Lo único que encuentro en mi interior son dos cosas más que decir.

La primera, que pongáis césped en mi ciudad; acabaremos levantando el que pongáis ahora y plantaremos aquello que crece.

La segunda, que las únicas dos personas que puede haber a favor de poner plástico son usted y el que vende el plástico; no caben más opciones. Y moriré en esa colina.

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