La Audiencia Provincial de Almería ha condenado a dos años y nueve meses de prisión a F.P.V. acusada de haber efectuado ventas ficticias a través de internet de productos electrónicos y de haber contratado con los datos de terceros hasta nueve tarjetas de créditos con las que, junto con otro acusado que no ha podido ser juzgado por estar en rebeldía, efectuaron compras por cerca de 90.000 euros.
En concreto, según han indicado a Europa Press fuentes judiciales, la acusada ha aceptado un pena de un año de prisión por un delito de estafa continuada con seis meses de multa a razón de dos euros diarios y un año y nueve meses más por un delito de falsedad continuada, con una multa de nueve meses bajo la misma cuantía, con lo que se ha dictado la firmeza de la condena.
Según la Fiscalía, la acusada junto con su pareja se dedicaban "de forma habitual" a vender móviles de última generación por internet "obteniendo el precio que pedían por ellos, sin que finalmente realizaran los envíos", desde su domicilio de Roquetas de Mar.
Para ello, según la investigación judicial, solicitaban a los compradores que facilitaran una fotografía de su DNI a través de Whatsapp, que posteriormente era empleada "para seguir realizando actos delictivos, ocultando así su verdadera identidad".
Así, a lo largo de 2014 realizaron varias transacciones en las que recibieron envíos de dinero por la venta de terminales telefónicos de alta gama y relojes que, posteriormente, no llegaban a remitir. Para ello, empleaban la identidad de otros clientes con los que contactaban y facilitaban sus carnés de identidad.
Del mismo modo, y con los datos de terceros, la acusada en colaboración con su socio, habría contratado hasta nueve tarjetas de crédito a través de internet, de las que habrían empleado al menos seis para efectuar compras de productos tecnológicos por internet en grandes almacenes por valor de 89.588 euros. Para conseguir las tarjetas, la acusada habría falsificado además contratos de trabajo con los datos de las víctimas.
Además, la Fiscalía apunta que la procesada realizó al menos cuatro ventas de objetos obtenidos de manera fraudulenta en establecimientos de segunda mano. En la casa de los acusados, la Guardia Civil halló durante un registro gran cantidad de ordenadores, videoconsolas, impresoras, móviles, gafas de sol, joyas y bolsos de marca, entre otros objetos, que habían sido adquiridos con las tarjetas contratadas de forma fraudulenta.
