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Jerez

Los feriantes aguantan el tirón y preparan la traca final para septiembre

Pese al escepticismo inicial, la Asociación de Feriantes ha lidiado con la cuarta y la quinta ola con un formato de atracciones a prueba de contagios

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  • Jerez fue la segunda parada de Vive Park, desde entonces no han parado. -
  • "No ha habido ni un contagio ni problemas”, defiende el delegado del colectivo en la provincia de Cádiz
  • Se les han caído ‘ferias’ pero la respuesta del público ha superado sus expectativas. “Se están volcando”. Ahora están en Vejer y San Roque

Muchos se llevaron las manos a la cabeza cuando a finales de marzo los feriantes instalaron los cacharritos en las explanadas habituales del barrio de Los Remedios, junto al Real de la Feria de Sevilla. Era la prueba de fuego y la primera vez que desengrasaban sus atracciones para volver a rodar después de casi dos años sin trabajar por la pandemia. Tocaba reinventarse o morir y en la Asociación de Industriales Feriantes de Andalucía, Ceuta y Melilla (AEFA), optaron por la primera opción, con un modelo de parque de atracciones que, como han dicho por activa y por pasiva, no es la Calle del Infierno, pero sí la alternativa que más se le parece, adaptada a los tiempos del Covid. ¿Cómo? Con una propuesta de espacio acotado y con distintos accesos con vigilantes privados encargados de velar por el aforo, mientras que los denominados controladores garantizan el cumplimiento de las medidas de seguridad (atracciones más separadas, uso de mascarilla, lavado con gel hidroalcohólico) dentro del recinto.

Sevilla, pese a algunos inconvenientes, pues pasó al nivel 3 de alerta en última semana, lo cual fue “una puñalada en el corazón”, se convirtió en su principal aval para llegar a acuerdos para instalarse con los ayuntamientos de Andalucía coincidiendo con la temporada de las ‘no ferias’. Pese a todo, calificaron de exitosa la experiencia, por la afluencia de público registrada, y recalaron en Jerez, donde vino su consagración definitiva. Tan buena fue la acogida (les coincidió con el fin del estado de alarma a principios de mayo), que ampliaron una semana más su estancia, la cual finalmente se alargó un mes.

Desde entonces no han parado y “hemos seguido abriendo parquecitos”, como así llama el delegado de este colectivo en la zona de Cádiz, José Luis García, al proyecto de Vive Park, que en Jerez el Ayuntamiento rebautizó como Parque de la Ilusión. Después vinieron Carmona, Córdoba, Granada, Algeciras, San Fernando, Puerto Real, El Lepe en Huelva, San Roque y Vejer, donde están en estos momentos, pero en cartera tienen la traca final, que llegará en las próximas semanas para cerrar la temporada de ferias entre octubre y noviembre. “Nos está costando la vida, pero hay que luchar por los compañeros, exigimos todas las normas habidas y por haber. Hay vigilantes y mucho control. Yo mismo he pedido a algún compañero que se suba la mascarilla cuando se ha despistado. Hasta ahora no ha habido todavía noticias de un solo contagio ni problema alguno”, precisa.

De hecho, tal y como puntualizan fuentes de este parque itinerante, como medida de prevención, sigue siendo obligatorio dentro del recinto, aun estando al aire libre, llevar puesta la mascarilla. Además de la ausencia de incidentes y contagios demostrados, lo que más destacan en el seno de la asociación es la respuesta del público, que está superando todas sus expectativas. “La gente se está volcando en los cacharritos, eso es una alegría. Yo no esperaba esto, estaba asustado también al principio por saber cómo iría todo, pero está todo controlado al máximo...las entradas, las salidas...y a las (no) ferias que estamos yendo, la gente está respondiendo mejor que nunca”. Tal es así que en San Roque estos días han solicitado al Ayuntamiento una hora más para cerrar a la una y no a las doce de la noche.

Falta de regulación de horarios “de toda la vida”

Con esta nueva fórmula también se están encontrando con una situación un tanto paradójica y es que en las cuatro o cinco horas en las que abren sus instalaciones, cuyo horario ahora en verano suele estar en el intervalo de las 19.00 a las 01.00 horas, según el Ayuntamiento y la situación sanitaria de la ciudad, están trabajando “mucho y más que nunca”. Como explica García, en las ferias tradicionales tienen muchas horas muertas que responden a la falta de regularización de horarios que acusa el sector, una reivindicación que llevan echando en falta “toda la vida” y que muchas veces se debe a criterios arbitrarios.  “Si un compañero abre a las diez de la mañana, cuando no hay nadie en la feria, eso hace que ya los demás abramos también, cuando por la mañana la gente no va”, añade.

En cualquier caso, queda mucho por hacer y muchos sitios a los que llegar que ahora mismo incluso están en el punto de mira por la alta tasa de incidencia, pero los feriantes no los dan por perdidos, aunque reconocen que esto es un hándicap más a la hora de negociar con los ayuntamientos, que están colaborando con ellos, cediéndoles los terrenos gratis.

Si algo ha demostrado su gira es su “capacidad de adaptación” a la hora de salir airosos a los cambios de fases de seguridad, modificando horarios en situ, y yendo en paralelo con la situación sanitaria de las ciudades en las que montan estos parques de atracciones itinerantes. De hecho, en su agenda tienen para septiembre pueblos como Conil, Bornos, Villamartín, Arcos de la Frontera, Ubrique, coincidiendo con las fechas de sus ferias, y tampoco descartan Chipiona, aunque reconocen que el Ayuntamiento es aún reacio ante la situación sanitaria, dado que hace una semana estaba en el punto de mira al rozar su tasa de incidencia los 1.000 casos por cada 100.000 habitantes.

No obstante, la situación ha mejorado y la tasa ha bajado a 872, con lo que si la quinta ola sigue remitiendo todo puede pasar. Si algo han aprendido en estos meses es a tener paciencia y adaptarse a la coyuntura de cada pueblo, peleándolo y no dándolo por perdido. De hecho, el delegado de la asociación en Cádiz ha cerrado instalarse en Conil, si la situación sanitaria lo permite entonces, del 1 al 12 de septiembre. Una localidad que hace una semana tenía toque de queda tras superar el millar de casos, pero donde también están descendiendo los contagios. En Chiclana, su Ayuntamiento no da por perdido los cacharritos pero los ha emplazado a finales de octubre, mientras que en Zahara y Barbate se han echado para atrás.

Junto a estas últimas, en el camino se han quedado citas importantes con las que contaban. Una de las de más peso ha sido la de Málaga. Después de pensárselo mucho el alcalde ha dado marcha atrás. “Es una de las mejores ferias de Andalucía”, lamenta el representante de los feriantes, que no ve la hora en la que vuelvan “las casetas de baile”. Lo mismo le ha ocurrido con pueblos pequeños de la Sierra de Cádiz, una zona muy castigada por el Covid, donde los ayuntamientos no han autorizado la instalación de las atracciones. “En esta zona se nos ha caído la inmensa mayoría, el 80%”, señala.

Pese a todo el balance sigue siendo más positivo que negativo, tanto por la respuesta del público, como la capacidad de adaptación y de aguante que están demostrando pese a que la situación del sector sea como una de las montañas rusas que llevan a cada pueblo.  Han salvado los muebles. No hay que perder de vista que, solo en la central de Sevilla, AEFA cuenta con más de 400 socios, que superan las 700 a nivel regional. Se trata de un sector que a pleno rendimiento cuenta con más de 10.000 empleados, según las cifras que maneja el representante de los feriantes, y que no ha recibido ayuda alguna durante la pandemia. Esto ha provocado que muchos hayan dejado el gremio para dedicarse al mundo del transporte, o que incluso algunos se hayan visto obligados a alquilar su vivienda e irse a vivir a la caravana para tener un sustento. Es lo que ha ocurrido con propietarios de puestos más pequeños, que vivían al día, y que no tenían el colchón de otros industriales.

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