Este lunes ha comenzado en la Audiencia de Sevilla el juicio promovido contra Abel M.L., el varón acusado de asesinar a Dolores Ortiz, la vecina de San Juan de Aznalfarache cuyo cadáver fue descubierto la madrugada del 1 de febrero de 2020 en la plaza de Blas Infante de dicho municipio aljarafeño, crimen por el que la Fiscalía reclama para él 20 años de cárcel, mientras las acusaciones particulares que ejercen familiares de la víctima piden 25 y 27 años de cárcel señalando el "brutal ensañamiento" y la defensa del acusado alega que no pesa "una sola prueba" de culpa y que el mismo "estaba durmiendo" en el momento de los hechos.
La primera sesión del juicio ha contado con la constitución del jurado popular y la presentación de las alegaciones previas por las partes personadas en la causa, que son la Fiscalía, la acusación particular ejercida por la hija de la víctima, la acusación particular que ejercen además la madre y un hermano, la acusación popular que ejercer la Junta de Andalucía y la defensa del inculpado.
En ese contexto, ha sido leído el escrito de acusación de la Fiscalía, que relata que la víctima y el acusado, ambos toxicómanos de San Juan de Aznalfarache, mantuvieron una relación sentimental que terminó en 2010, si bien los dos "continuaban viéndose" y consumían juntos sustancias estupefacientes, marco en el que Abel M.L. "utilizaba" supuestamente a su expareja para que acudiera a comprar, le quitaba el dinero o y además las dosis que conseguía, llegando a agredirla "en varias ocasiones".
Tal extremo motivó que en los meses previos al crimen, Dolores Ortiz se ocultase del acusado por "miedo", según la Fiscalía, toda vez que ya entre las 4,30 y las 5,30 horas de la madrugada del 1 de febrero de 2020, siempre según la Fiscalía, el acusado sorprendió a su expareja sentada "de cuclillas" bajo un murete de la plaza de Blas Infante, "consumiendo sustancias estupefacientes bajo un chaquetón que tenía echado sobre la cabeza a modo de capota para no perder ni una brizna del humo de la droga".
"MÁS DE 23 GOLPES"
"A sabiendas" de que estando en esta situación las posibilidades de defensa de la fallecida "eran escasas" y "guiado por ánimo de acabar con su vida", según el escrito de acusación de la Fiscalía, el investigado se acercó a su expareja y, "de forma sorpresiva", le asestó "más de 23 golpes" con un objeto contundente, de peso y al menos con un borde, el cual no ha sido hallado, concatenando los golpes "sin control y con inusitada fuerza" en el cráneo de la mujer, fallecida por un traumatismo craneoencefálico severo.
Detectando un presunto delito de asesinato "con alevosía" y con la agravante de parentesco, la Fiscalía reclama para el inculpado 20 años de cárcel y diez años de libertad vigilada post penitenciaria; mientras las acusaciones particulares que ejercen los familiares de la víctima solicitan 25 y 27 años de cárcel respectivamente por un delito de asesinato y otro delito más de malos tratos continuados.
"ENSAÑAMIENTO BRUTAL"
Y es que según el abogado de la hija de la víctima, se trata de un asesinato con "alevosía" y además "ensañamiento, dado que para obtener los fines pretendidos, el acusado "no necesitaba ese aluvión de golpes" y esa "acción brutal y violentísima" que incrementó el "sufrimiento" de Dolores Ortiz. Además, este abogado ha señalado que antes de este "brutal" asesinato, el acusado habría sometido a la mujer a una prolongada "acción amenazante y vejatoria", llegando a obligarla a prostituirse para conseguir dinero para las drogas, extremos en los que ha coincidido el abogado de la madre y el hermano de Dolores Ortiz.
El abogado defensor del acusado, de otro lado, ha invocado el principio de presunción de inocencia y ha alertado al jurado popular de que en las actuaciones policiales y judiciales no pesa "ni una sola prueba" que demuestre que Abel M.L. fue el autor del crimen.
Asegurando que el encartado estaba "durmiendo en su casa" en los momentos en los que fue asesinada Dolores Ortiz, el letrado de la defensa ha insistido en que más allá de "alguna que otra discusión" entre la víctima y el encartado, no hay "ninguna prueba" de que este último cometiese el crimen. En ese sentido, el abogado defensor de Abel M.L. ha descartado toda culpabilidad respecto a su patrocinado, aseverando que "el autor de los hechos está en la calle".