Seguramente ustedes tengan la misma sensación de vacío que yo albergo al caminar por nuestras calles a partir de las seis de la tarde. Parece que la apatía se aferra a nuestra percepción como la humedad de invierno a los pueblos de costa, molesta, gris, empapándolo todo.La apatía, en ocasiones, es consecuencia de la renuncia a enfrentar una circunstancia que entendemos difícil de cambiar.
Lo que solemos llamar en el lenguaje coloquial “tirar la toalla”. Y parece que aquí muchos hemos tirado la toalla. Hemos tirado la toalla cuando intentan dirigir nuestra libertad de expresión con comisiones de la verdad y no salen a la palestra, de inmediato y perfectamente coordinados, la familia Bardem a poner el grito en el cielo, el acaudalado Gran Wyoming, los todopoderosos Víctor Manuel y Ana Belén o Juan Diego Boto a enfrentar tamaño intento fascista por coartar nuestra libertad. T
iramos la toalla cuando nos obligan a miles de autónomos a mantener una presencia cada vez más heroica, mientras nos suben los impuestos y no hacemos nada. Tiramos la toalla cuando las pretensiones independentistas dictan las pautas a un gobierno pusilánime, más preocupado por el sillón azul que por cumplir con el mandato recibido en las urnas... y no pasa nada.
Tiramos la toalla cuando se recuperan premisas pretéritas, que ya demostraron en antiguos regímenes sus resultados: igualar por debajo, reservando sólo a sus líderes la opción de progresar por arriba… y no pasa nada.
Me niego a que tiremos la toalla cuando, negando la evidencia, el gobierno acuerda sus presupuestos con herederos de terroristas… esos sí que no niegan su objetivo: tumbar el régimen y “abrir una ventana a la democratización de España” ¡Manda, con perdón, huevos! Hoy, sin ir más lejos, la Primera de Televisión Española recogía los resultados de la última encuesta sobre valoración de líderes en lo referente al manejo de la crisis pandémica ¿saben el resultado? ¡Claro! Pedro Sánchez es el líder mejor valorado… Dan ganas de llorar, pero claro, eso no es de hombres, eso es de mujeres y si no, que se lo digan a la ministra Montero.
