No todos los golpes dejan una marca que podamos ver. La violencia se vuelve invisible cuando quiere pero no por ello deja de doler. Es una realidad social, un problema transversal que apuñala el sistema de un extremo al otro. La violencia contra las mujeres se ha visto incrementada en este año marcado por la pandemia. Los datos reflejan, una vez más, que ellas son quienes pierden en cada momento señalado de la historia.
Según un análisis descriptivo realizado por la Fundación Municipal de la Mujer de Cádiz, conocemos que se han atendido en la ciudad a 68 mujeres más en el periodo comprendido entre el 1 de julio y el 30 de septiembre, tras comparar el año 2019 y 2020. Esto supone un incremento del 32,8% de las mujeres atendidas. Asimismo, se aprecia un aumento significativo en el número de intervenciones, que se han incrementado en un total de 305, lo que supone una subida del 44,3%. “Por una parte vemos como el servicio tanto de psicología como de trabajo social aumenta. Esto tiene dos reflejos; por una parte porque esta pandemia y esta crisis, que también es social y económica, requiere de otras necesidades. Como son precisamente la psicológica, ya que muchas mujeres han pasado y pasan mucho tiempo con sus agresores; y por otra parte la social, donde las mujeres se están viendo en situaciones especialmente dolorosas a nivel económico”, nos cuenta la concejala de Feminismos y LGTBIQ+, Lorena Garrón. De otro lado tiene otra lectura, y es que hace unos meses se creó el equipo de atención integral de Extramuros.
Otro de los aspectos que reflejan los datos, y que llama la atención, es que las mujeres que acuden a solicitar ayuda menores de 30 años muestran cifras estancadas o que incluso disminuyen. “Estamos intentando poner solución ante esto, porque evidentemente no es que disminuya la violencia en esta franja de edad, sino que les resulta difícil acudir al nuestro o cualquier otro servicio de ayuda”, expone Garrón. En este sentido, uno de los proyectos que se han desarrollado en los últimos meses ha sido el taller de defensa feminista, “que aunque no está destinado exclusivamente a mujeres jóvenes sí es cierto que la mayoría de usuarias actuales lo son. También vamos aumentar un programa que ya veníamos trayendo a los institutos enfocado en las violencias machistas, feminismo y la coeducación”. “La idea es seguir sacando nuevos programas y campañas dirigidas especialmente a las mujeres jóvenes, porque creemos que hay que incidir en este sector, que sufre la violencia machista en casos a veces diferentes, con violencias más sexuales, en relación con la posesión o mediante el control de redes sociales, pero que necesitan que pongamos también herramientas para que puedan utilizarlas”.
Esta disminución también puede estar relacionada a que hay una parte de la población con mayor conciencia en menores de 30 años “por la educación, porque en los institutos cada vez se habla más sobre el tema, porque en las redes hay colectivos de mujeres que se están organizando, etc. Pero sí que sabemos que los tipos de violencia que se dan en menores de 30 años son diferentes a los que se dan en mayores de esa edad, y por tanto necesitan de herramientas específicas”.
Demanda social
El informe también señala que del total de mujeres que acudieron a los servicios del equipo de atención de la FMM en el tercer trimestre del 2019, 86 eran víctimas de violencia de género. En el mismo periodo de este año se han atendido a 117 mujeres por este motivo. Así pues, se distingue un aumento en términos absolutos de 31 mujeres víctimas de esta lacra social.
Desde la Fundación de la Mujer desarrollan una atención personalizada por lo que las intervenciones se desarrollan en las áreas social, jurídica y psicológica. Este año ha sido la unidad social la que ha tenido que atender al mayor volumen de mujeres. El aumento ha sido drástico, con un incremento de un 685,7% (de 14 en 2019 ha pasado a 101 en 2020).