El crédito de Alberto Monteagudo toca a su fin en el Consejo de Administración del Recreativo de Huelva, que hasta este lunes por la tarde y bien entrada la noche mantuvo junto a la dirección deportiva una larga reunión en el Nuevo Colombino para decidir si cesaban o no al técnico manchego como máximo responsable del banquillo recreativista.
La última pésima imagen ofrecida por el equipo ante el Mérida el domingo, siendo capaz de remontar un 0-2 en contra ante el penúltimo clasificado y encajando tres goles en un mismo partido a balón parado, unido a la desastrosa e irregular temporada, ha sido la gota que ha colmado el vaso de la paciencia de los rectores recreativistas, que están al límite y que en las próximas horas harán oficial su destitución.
Y es que la temporada está siendo un rotundo fracaso, ya que Monteagudo tiene al equipo décimo tercero en la tabla con 29 puntos tras 24 jornadas de liga, con un balance de siete victorias, ocho empates y nueve derrotas; a doce puntos de los puestos de promoción de ascenso y cuatro sólo por encima de la promoción de descenso.
Sin soluciones
Pero más allá de las cifras está la imagen que ha ofrecido el equipo durante toda la temporada, capaz de lo mejor y de lo peor, de plantarle cara a equipos de superior categoría como el Fuenlabrada y Osasuna en Copa del Rey y luego perder ante rivales en zona de descenso de su propio grupo; de ser capaz de remontar en varias ocasiones resultados en contra pero caer una y otra vez en los mismos errores de concentración, hasta el punto de haber encajado ya once goles a balón parado de un total de 28. Monteagudo no está sabiendo aprovechar la oportunidad de entrenar al Recreativo de Huelva, no ha sabido sacarle el máximo rendimiento a muchos de los jugadores veteranos por los que él mismo apostó en verano ni ha tenido soluciones a los problemas del equipo ni mano dura con un vestuario que tiene mucha más calidad de lo que demuestra.
