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Jerez

“El Orgullo no son solo carrozas, es una jornada de reivindicación”

Entrevista con Susana Domínguez, presidenta de Jerelesgay, ante la semana culmen de la celebración del Orgullo LGTBI

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  • Susana Domínguez, a la derecha, en la presentación de los actos del Orgullo LGTBI -

Este viernes la bandera Arcoiris volverá a izarse en el balcón del Ayuntamiento y se procederá a la lectura del Manifiesto en la Plaza de la Asunción para conmemorar el Orgullo LGTBI frente a la discriminación, que darán el paso el sábado a la Manifestación por el Orgullo LGTBI. Susana Domínguez, presidenta de Jerelesgay, afirma que aún hay mucho camino por recorrer para conseguir la inclusión fehaciente de la diversidad afectivo sexual de todos.

¿Considera que Jerez es una ciudad donde se amparan los derechos de la comunidad LGTBI? 

–Jerez tiene dos vertientes; por un lado, debemos estar muy orgullosos de la localidad puesto que hace casi veinte años el Ayuntamiento de Jerez fue el primero de España en izar la bandera multicolor en sus balcones. Un hecho que ya tenemos normalizado, pero que en su momento fue casi revolucionario.  El Consistorio, salvo cuando gobernaba cierto partido político que no estaba en sintonía con la comunidad LGTBI, siempre nos ha apoyado y nos ha tendido una mano en múltiples ocasiones. Entre la corporación municipal se encuentran personas que han luchado por los derechos del colectivo haciendo llegar este mensaje a todos los rincones de la sociedad jerezana. Así que diría que, salvo excepciones, sí lo es. 

¿Cómo ha cambiado el panorama en la localidad en los últimos diez años?

–Afortunadamente, ha cambiado a mejor. Nos sentimos más apoyados por las instituciones y hay un mayor conocimiento e inclusión de todo el colectivo, pero aún queda por hacer. Hay un ejemplo muy sencillo de cómo se ha ido evolucionando, hace diez años hablabas de salir del armario, ahora está tan normalizado que no hace falta verbalizarlo.

¿Ha cambiado también la celebración del Día del Orgullo?

–Antes quedaba relegado a una única jornada, ahora hemos conseguido que el mes del Orgullo sea durante todo junio, pero la esencia sigue siendo la misma, aunque la temática cambie cada año.

Aún hay parte de la sociedad que sigue preguntándose por qué es necesario el Día del Orgullo, ¿qué piensa al respecto?

–Siempre digo que el Orgullo no son solo carrozas, que sí, tiene su parte festiva y debe ser así también, pero que es una jornada para reivindicar nuestros derechos. Aún hay más de 70 países en los que la homosexualidad está criminalizada por ley, y en 8 de ellos pueden incluso llegar a matarte, aunque aquí tengamos más o menos conseguido nuestros derechos, tenemos que seguir luchando por el resto de países, no nos podemos creer el ombligo del mundo. Solo queremos que se respete y se garantice la expresión pública de nuestra afectividad, como puede ser el matrimonio, ir cogida de la mano de tu pareja o darle un beso. 

Entonces, ¿se está experimentando un repunte de homofobia por parte de la sociedad?

–Sí, debido al auge de partidos ultraderechistas las personas lgtbifóbicas se sienten amparadas por estas entidades y ya no temen ser políticamente incorrectos y proferir las sandeces que podemos escuchar a diario en las noticias o incluso llegar a agredir a alguien del colectivo. Nunca entenderé cómo hay personas que se manifiestan para quitarles derechos a otras. 

¿Cree necesario la implantación de una línea educativa específica para sensibilizar en diversidad afectiva sexual? 

–Rotundamente, sí. Las leyes son un remedio paliativo, pero es en la educación donde hay que hacer hincapié desde pequeños. Es más fácil inculcar el respeto en los menores, que intentar cambiar la mentalidad de una persona de treinta o cuarenta años. Por eso, los centros deben educar en diversidad afectivo sexual, así se prevendrían muchas de las situaciones de acoso o bullyng que se dan en los colegios, puesto que la mayor parte es debido a la orientación afectivo sexual del menor. Sí que es cierto que, desde nuestra experiencia, y en algunas charlas que hemos impartido, se está normalizando cada vez más, antes era impensable que una chica adolescente dijera delante de sus compañeros que era lesbiana, o un chico que era gay. 

Y en Jerez, ¿qué medidas educativas se están llevando a cabo para luchar contra LGTBIfobia?

–En Jerez, en colaboración con el Ayuntamiento, hemos llevado a cabo el programa ‘Súmate a la diferencia’ en varios centros de la localidad, y ha tenido un resultado muy positivo. Nos gustaría llegar a todos los centros, hay algunos que te llaman cuando ya hay un problema en el colegio y ahí es más difícil solventarlo.

¿En qué línea crees que deben trabajar las asociaciones LGTBI a medio y largo plazo? 

–Creemos que dentro del colectivo hay una diversidad enorme en la que cada cual tiene sus peculiaridades. Por ello, creemos fundamental que poco a poco las asociaciones se vayan especificando y atiendas a esas necesidades concretas de cada uno. No tendrá las mismas necesidades una chica trans que un hombre gay, por ejemplo. Esto sería a largo plazo. Sin embargo, creo que antes deberíamos preocuparnos por dejar en mínimo los valores de LGTBifobia. Mientras sigamos escuchando en boca de políticos que la homosexualidad tiene cura y que es una enfermedad que se puede contrarrestar con terapias, seguiremos teniendo trabajo por hacer.  

¿Qué cree que le queda a la sociedad jerezana para conseguir que la ciudad sea totalmente inclusiva?

–Quiero pensar que en un plazo breve de tiempo no tengamos que hacer campañas promoviendo la inclusión, porque eso significará que ya no habrá discriminación hacia una persona que pertenezca al colectivo. Creemos que a  la sociedad le queda aunar fuerzas y no permitir dar un paso atrás y ver cómo nuestros derechos son mermados por culpa de intolerantes. A escala regional, por ejemplo, que las leyes que recojan derechos de las personas transexuales y se vean amparadas y protegidas, y no a expensas de modificaciones.

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