Lola Dueñas y Pablo Pineda protagonizan la película de los debutantes Álvaro Pastor y Antonio Naharro, Yo, también, una cinta sobre la relación entre una mujer solitaria que encuentra en un joven con síndrome de Down el refugió que buscaba y que ha obtenido también una mención especial del Premio Signis y el Premio a la solidaridad de la Asociación de Donantes de Sangre de Guipúzcoa.
Contra todo pronóstico, el cineasta argentino Juan José Campanella, su película El secreto de sus ojos, elegida por Argentina para competir en los Óscar, y el actor Ricardo Darín se han ido de vacío, ya que la Concha de Plata al mejor director ha correspondido a Javier Rebollo por el filme La mujer sin piano.
El Premio Especial del jurado, que ha estado presidido por el cineasta francés Laurent Cantet, ha sido para la película francesa Le refuge, de François Ozon, y el Premio Fipresci, que concede la crítica internacional, ha ido a parar a la cinta española Los condenados, de Isaki Lacuesta.
El jurado, formado por el director coreano Bong Joon-ho, el actor mexicano Daniel Giménez Cacho, la actriz española Pilar López de Ayala, el director de cine y teatro británico John Madden, la directora iraní Samira Makhmalbaf y la actriz portuguesa Leonor Silveira, ha decido conceder el premio a la mejor fotografía a City of life and death y el de mejor guión a Blessed, de la australiana Ana Kokkinos.
Sorprendente ha sido el Palmarés de esta 57 edición del Festival Internacional de Cine de San Sebastián, ya que la gran mayoría de la quinielas de los acreditados en el certamen apostaban por Juan José Campanella y Ricardo Darín, director y protagonista de El secreto de sus ojos, para la Concha de Oro y la de Plata.
Eso sí, finalmente ha sido Lola Dueñas la que se ha impuesto a Carmen Machi, protagonista de La mujer del piano, y a otras como Chiara Mastroianni, cabeza de cartel del filme de Christophe Honoré, Making plans for Lena, o Frances O’Connor y Miranda Otto, miembros del reparto coral de la australiana Blessed, de Ana Kokkinos.
Lo que esta claro es el carácter español de estos premios, que han elegido como mejor director a Javier Rebollo, que ha recibido también el galardón Otra mirada, de TVE, e Isaki Lacuesta, que se ha llevado el de la crítica.
Pablo Pineda, cuyo galardón no ha sido muy bien recibido por la prensa por considerarlo “políticamente correcto”, no es la primera persona con síndrome de Down en protagonizar una película, aunque él prefiere dedicarse a la docencia, que es para lo que estudió, hay que recordar a Guillem Jiménez protagonista de León y Olvido, del director gallego Xavier Bermúdez.
Pero pocas son las personas con algún tipo de minusvalía que terminan formando parte de algún palmarés cinematográfico, un caso a recordar ocurrió este mismo año, cuando cantante del grupo La Excepción, Juan Manuel Montilla Langui, afectado por una parálisis cerebral que dificulta sus movimientos, conseguía el Goya al mejor actor revelación por El truco del manco, de Santiago A. Zannou.
Y un premio que está en la memoria de todos es cuando en 1986 la actriz sordomuda Marlee Matlin recogía el Oscar a la mejor actriz por su papel en la película Hijos de un Dios menor, de Randa Haines.
La película ganadora de la Concha de Oro, la china The city of life and death, de Lu Chan, es un superproducción sobre la invasión de Japón a China en 1937, muy aplaudida por la crítica, y basada en el episodio conocido como la violación de Nankín.