La Coordinadora comarcal apoya la denuncia presentada ante los juzgados por los profesionales por entender que han actuado de modo responsable ante la grave situación que se está viviendo en este momento en los quirófanos de los dos hospitales comarcales.
Es indispensable frenar la fuga de profesionales y estabilizar la plantilla. Si no se remedia en las próximas semanas el hospital de La Línea se quedará con apenas tres anestesistas y afectará también a la ya sobrecarga que sufre el hospital Punta Europa que ha pasado en uno año a reducir a la mitad el número de anestesistas. Lo que agrava aún más el problema de acabar con las intervenciones quirúrgicas programadas puesto que es prioritario resolver las urgencias y no hay personal suficiente para atender las listas de espera.
La gerencia ha afirmado en prensa que “la asistencia continuará garantizada por profesionales de otros centros sanitarios del Servicio Andaluz de Salud que, como en anteriores ocasiones, se desplazarían al centro linense para garantizar la actividad quirúrgica hasta que se produzcan soluciones definitivas”. La Coordinadora considera que esta medida disminuye la calidad asistencial, además de crear agravios entre colectivos médicos y provocar problemas en la dinámica de trabajo del resto de categorías profesionales. Una medida extraordinaria como son las peonadas, se está convirtiendo en algo habitual. Entiéndase “peonadas” al término coloquial con el que en el sector sanitario se denomina a las horas extras por las tardes y fines de semana de la actividad clínica, tanto en consultas como en quirófanos, horas de trabajo fuera de la jornada diaria ordinaria del personal.
La justificación de las peonadas son la existencia de grandes listas y tiempos de espera para cirugía o diagnóstico, se deben a diversos factores: infrautilización y mala gestión de los recursos, déficit de plantillas…, pero también hay que decir que se deben a los intereses corporativos y económicos de algunos profesionales, que a veces han provocado la disminución de la actividad en horario ordinario (la mañana) para desviarlo a la peonada (la tarde). Que suponen un sobre coste importante. Las peonadas implican peor calidad asistencial, ya que se hacen con menos personal y en algunos casos sin especialistas que en horarios ordinarios estarían presentes. También repercuten negativamente en la propia formación de los médicos residentes, que a veces se quedan sin tutores, al estar haciendo horas extras en otros centros.
Con la misma supuesta intención de disminuir la lista de espera, desde hace tiempo se han permitido y potenciado, tanto las “peonadas” como las derivaciones a centros sanitarios privados, cuando lo lógico hubiera sido crear turnos de tarde para que los médicos de atención especializada pudieran garantizar la atención en plazos razonables. El resto de categorías del sector sanitario si tienen establecidos turnos de tarde. Esto no hubiera provocado la problemática actual y hubiese permitido utilizar los recursos al 100 por 100 (quirófanos, alta tecnología…); reducir el paro de categorías médicas y evitar su emigración; mejorar los resultados sanitarios y además, algo muy importante, ahorrar en fondos públicos y fomentar la Sanidad Pública.