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San Fernando

Un decenio de la mentira más grande (y más cara) jamás contada

El 2 de septiembre de 2008 comenzaron unas obras llamadas a cambiar la vida en el centro de la ciudad. Diez años después todo es un despropósito tras otro.

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  • La idea era enlazar la Bahía y se ha parado en un apeadero en medio de la nada
  • Los aparcamientos disuasorios y el arreglo de calles se cayeron del proyecto
  • Las obras comenzaron sin contar siquiera con un simple estudio de viabilidad

La idea no era sólo una promesa de una política socialista de que Chiclana tendría tren, aunque fuera a través de una línea de tranvía metropolitano hasta la Ardila. La idea era potenciar el transporte público en una zona colapsada, sobre todo en la capital de la provincia y de camino enlazar toda la Bahía desde Chiclana al aeropuerto de Jerez y viceversa.

La idea era peatonalizar el centro de San Fernando en los tramos de más actividad comercial en la seguridad de que como en otras calles peatonalizadas, las quejas se convertirían en satisfacción al ver los buenos resultados.

La idea era contar en San Fernando con nuevas vías de comunicación circulares a través de la Ronda del Estero, que a su vez y tras atravesar la Avenida de la Constitución enlazaría con la autovía San Fernando-Cádiz por detrás de la antigua Escuela de Tiro Naval Janer.

La idea era crear aparcamientos disuasorios en la Magdalena, en la propia plaza del Rey y en la Alameda Moreno de Guerra y además, armonizar la estructura de la calle Real hasta las primeras calles paralelas arreglando las perpendiculares y dando una imagen de unidad.

La idea era también acabar con el laberíntico cableado eléctrico que atraviesa la principal calle de la ciudad y convierte las fachadas protegidísimas por el celoso Plan Especial de Protección y Reforma Interior del Casco Histórico (Peprich) en soportes de mazacotes de cables de todos los estilos.

La idea era recuperar un espacio público para solaz de la población, acabando con la tiranía del automóvil, armonizando las líneas de autobuses a todo lo largo de la ciudad con pequeños microbuses a todo lo ancho.

La idea era una pasada, sólo comparable a lo que se ve diez años y dos días después, pero al revés porque la idea no estaba sustentada sobre estudios concienzudos sino en la buena voluntad de ilusionistas del dinero público, de vendedores de cuentos o en el peor de los casos, de negligentes técnicos amparados por incompetentes políticos.

El plumero

Después del 2 de septiembre de 2008 y una vez acabadas las obras del primer tramo que ya incumplieron las formas y los plazos -se haría por tramos y no se abriría uno sin cerrar otro, cuando en realidad se abrieron varios a la vez- se dio a conocer una de las temidas sensaciones que ya se tenían.

Los políticos de la Junta de Andalucía y los políticos municipales, además de los técnicos, reconocieron pocos minutos antes de inaugurar el primer tramo desde la plaza del Rey a la calle Losada que no había plan de viabilidad, que en lo único que se basaban es que si el otras ciudades -de Europa- era rentable por qué no iba a serlo aquí.

Todavía en aquellos tiempos no se había venido abajo el proyecto de tranvía de Vélez-Málaga ni el de Jaén, ni lo había hecho otros que pasaron a convertirse en escándalos económicos con consecuencias penales para algunos.

Pero la calle Real siguió levantándose y en honor a la verdad, se consiguió arreglar un alcantarillado que se venía demandando -fue uno de los motivos de que los andalucistas cambiaran el trayecto original por la Ronda del Estero- desde hace años.

En algunos tramos, como de la Iglesia Mayor hacia abajo todavía se usaba el sistema de alcantarillado del siglo XIX o anterior, que simplemente vertías las aguas fecales a la tierra.

En otros, en la esquina opuesta de la ciudad, se encontraron restos arqueológicos que se volvieron a enterrar bajo las vías del tren y el césped artificial. Enterrar restos arqueológicos; costumbre arraigada en La Isla.

Para la ocasión

En 2010 se abrió el trozo de calle entre la Alameda y la Capitanía para que pudiera celebrarse el desfile del 24 de Septiembre, coincidente con el Bicentenario de las Cortes de 1810 y cuyos actos presidió el entonces Rey Juan Carlos.

En 2012 se dieron por terminadas las obras por parte de la Junta de Andalucía, pero no por parte del Ayuntamiento ya gobernado por el Partido Popular y el Partido Andalucista que presentó una lista de desperfectos, malas terminaciones y peor mantenimiento.

Y desde ahí hasta la fecha, además de mantener una discusión técnica y ciudadana sobre el firme empleado en una calle semipeatonal que seguía teniendo casi el mismo tráfico que antes de 2008 gracias a la mano abierta del Gobierno popular siempre contrario al tranvía -y a todo lo que viniera de la Junta-, comenzó el recuento de lo que había pasado en estos cuatro años, cuando ya se podía hacer una lista de lo que se vendió y lo que se había entregado hasta entonces.

Partiendo de que un abogado de San Fernando, gracias a su cliente expropiado, fue capaz de poner en evidencia a la Administración autonómica que había comenzado las obras sin los papeles en regla- y tuvo que empezar el procedimiento porque no había apelación a tamaño despropósito- el listado siguió con ausencia cada vez más sangrantes.

La idea de crear un tranvía circular por toda la Bahía se había quedado en pedir un carril en el segundo puente de Cádiz por si acaso algún día cuajaba y había dinero para semejante proyecto.

Los aparcamientos disuasorios en la Magdalena, que desde el Ayuntamiento se quiso llevar a la Plazoleta de las Vacas, se borró del proyecto y el de la plaza del Rey sencillamente se olvidó.

El aparcamiento de la Alameda Moreno de Guerra se comprobó que era inviable y ya al final del trayecto, en la Ardila, donde se iba a hacer una estación intermodal de transportes desahogada porque el tráfico se diluiría por el enlace tras el Janer, se convirtió en un apeadero en un páramo cuyo mantenimiento se ha endosado al Ayuntamiento de San Fernando.

Las calles transversales que se iban a arreglar se quedaron en una pendiente de hormigón mal acabada en muchas de ellas y el cableado aéreo que se iba a quitar hacía años que desde el Ayuntamiento había dicho que se haría conforme se restauraran las fachadas. Y a costa de los propietarios particulares.

De tranvía a tren

A estas alturas del proyecto y para no entrar en excesivos detalles, lo que iba a ser un tranvía se convirtió en un tren-tranvía y finalmente en un tren de cercanías que tiene que competir en peso y tamaño con los de Renfe.

No hay todavía siquiera un acuerdo con el operador ferroviario para que se encargue de la gestión y no está claro que el tren utilice las vías del Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (ADIF) para llegar a Cádiz.

Como muestra de ese deseo, en Río Arillo se ha construido un andén con una parada para que los chiclaneros a los que les prometieron un tren puedan pararse a esperar un Cercanías que los lleve a Bahía Sur.

Y a todo lo más, que los aficionados a la ornitología puedan pararse a disfrutar el Parque Natural en verano, porque en invierno se puede coger una pulmonía esperando al Cercanías para ir a Bahía Sur o a Cádiz a enlazar con el Media Distancia o el Alvia a Madrid. Sencillamente demencial.

Ya nadie da fechas sobre el comienzo de la actividad después de las meteduras de pata de los políticos. Ya sólo se puede escuchar una voz metálica en algunas paradas advirtiendo a cada ciudadano de que es el primero de la fila.

Algo es algo.

Las últimas noticias sobre el tren metropolitano llegan desde la Junta de Andalucía y anuncian nuevas pruebas dinámicas a partir de este mes de septiembre, que puede ser más tarde.

La fecha tope para que este funcionando es finales de marzo de 2019 o la Junta tendrá que devolver 135 millones de euros a Europa.

Quizá esté funcionando para no pagar la multa.

Lo que no sabe, ni se imagina, es cómo.

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