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Jerez

“El mestizaje le viene muy bien al flamenco para enriquecerlo”

Diego Carrasco inaugura el sábado 14 de julio las Noches de Bohemia de Jerez en el Alcázar con su espectáculo más hippytano

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  • Diego Carrasco en Ondaluz TV -

Diego Carrasco debutó con 12 años en la Fiesta de la Bulería. Desde entonces han pasado ya poco más de 50 años, y además de celebrarlo con un disco imprescindible, No M’arrecojo, este próximo sábado 14 de julio lo hará con un concierto muy hippytano con el que inaugurará el ciclo de Noches de Bohemia en el Alcázar de Jerez. Diego Carrasco se siente flamenco, rockero, hippie, gitano y bohemio, y es además un creador cuyas inquietudes le han llevado a codearse con músicos geniales de todos los géneros, desde Camarón a Alejandro Sanz, pasando por Juanito Makandé, Manuel Carrasco o Remedios Amaya.  El Tate, como es conocido cariñosamente, presenta este concierto como un encuentro abierto a tendencias, un buceo por territorios musicales donde el rock, el hip hop, el reggae, y otras músicas, tienden puentes naturales con el flamenco y se dan la mano. A su lado estarán compañeros de la talla de Junior, Tomasito, Lin Cortés, los Gipsy Rappers y la Carrasco Family.

Va a ser un concierto en el que vas a estar muy bien acompañado...

—Estamos encantados con este concierto, en nuestra tierra, es un honor, y en un lugar preciosísimo. Ya he tenido la oportunidad de ofrecer otros conciertos en el Alcázar, pero en esta ocasión es con algo que va conmigo mucho, ya que tras celebrar los 50 años en la música, poder traer a Jerez a estos invitados y hacer el hippytano, todos los que vienen son gitanos hippies, es un placer. Espero que estemos toda la familia hippytana juntos y nos llevemos a casa una noche inolvidable.

Es un encuentro de tendencias, pero ¿qué es ese compás hippytano?

—Hippytano es una palabra compuesta, es un gitano hippie. Yo me considero hippie y sobre todo he nacido y soy gitano. Hacemos una fusión muy bonita de gitano hippie. Hoy día el flamenco está muy vivo, joven, actual, hay mucha gente joven haciendo prototipo de flamenco actual. De acuerdo con la época, con las tendencias musicales y lo que no podemos es dejar el flamenco enjaulado y hacer cosas necesarias. Este mestizaje le viene muy bien al flamenco, porque lo mejor que puede tener el flamenco es el duende, la raíz que tiene, y todo lo que venga sirve para hacer algo productivo y enriquecerlo, respetando por supuesto a los ortodoxos, a los cabales, lo puro, que somos nosotros, porque yo soy el primero que respeto y amo amaré y seguiré siendo flamenco.

 

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Tú siempre has estado a la vanguardia del flamenco, experimentando, y eso no pasa desapercibido por quienes admiran tu trabajo

—El tema de Hippytano, precisamente, cuando lo hicimos en el estudio, había colaboraciones especiales: Raimundo Amador, mi familia, Jorge Vidal con su guitarra, los Gipsy Rapers... Salió todo precioso. Pero, precisamente, al sacar el disco por los 50 años de mi carrera musical, ese tema lo eligió Miguel Ríos, que es la voz del rock andaluz y que ha hecho cosas muy interesantes, para interpretarlo y hacerlo suyo. Lo enriqueció musicalmente y hizo suyo el texto, con nuevos mensajes, de paz, de hippie, para incorporarlos a la canción. Eso es una fusión genial de un andaluz rockero, y estamos todos encantados.

No m'arrecojo, y sin ganas de hacerlo después de 50 años dedicado al mundo de la música...

—Me río mucho cuando vamos al norte, porque a la gente le cuesta la misma vida decirlo. No saben expresarlo como nosotros. Y para nosotros tiene mucho significado y la decimos mucho. Es una expresión que tiene su profundidad. Nació con mis Gipsy, con mis Carrasco. Lo que tenemos es que pegarnos otros 50 años.

¿Cómo han pasado esos 50 años? ¿Ha sido como dicen casi sin darte cuenta?

—La verdad es que sí, los 50 años han pasado... La música es levantarte todos los días con ilusión, con inquietud, haciendo cosas, componiendo, en el estudio, produciendo, de gira, y con la suerte de haber trabajado con las máximas figuras del flamenco y de la copla. Es una suerte estar en un estudio o estar en América con Lola Flores, o con Antonio Gades, o componer para Rocío Jurado... Todo ha sido para mí un legado del que estoy encantado y que ahora saboreo.La siembra es fértil y se recoge fértil. Y se te pasa el tiempo sin enterarte. Hasta que te das cuenta de que llevo 50 años... Creía que eran las bodas de plata y son ya las de oro. 50 años no son pocos y sigo aprendiendo, porque  es lo que más me gusta de la música y del flamenco es aprender.

Experimentas mucho, haces muchas cosas nuevas, pero ¿qué es lo que te apetece hacer próximamente en ese camino de la experimentación?

—Tienes que tener mucha afición, eso es primordial. Una cosa es la profesión y otra que te guste tu profesión. Se juntan y vas en el mismo vagón y llegan a la misma estación. A veces estás en casa componiendo y te metes en el estudio. Ahora estoy escribiendo para Estrella Morente, y he empezado una investigación con un compadre de los ritmos de otras tribus, otras tierras, por Marruecos y África. Estoy siempre haciendo cosas. De ahí nace el hacer cosas más actuales y más fresquitas.

La lista de artistas que han colaborado en No m'arrecojo es impresionante, desde Alejandro Sanz a Sabina, Poveda, Macaco... ¿cómo ha sido trabajar con ellos?

—Es como estar en una nube. Ves el valor que tiene tu trayectoria. Contar con grandes músicos, de la Champions de la música como digo yo, caso de Alejandro Sanz, y ver cómo hace suyo un tema que yo compuse hace 40 años, y que lo cante con ese pellizco por bulerías. O Sabina que también lo hicimos cantar por bulerías, o Silvia Pérez Cruz... Si hablamos de Poveda, de Arcángel o de Remedios Amaya, son gentes que están dentro del flamenco, pero que este tipo de artistas estén contigo y que les hagas cantar por bulerías es un gozo, viéndolo en el estudio. O como Manuel Carrasco, que cantó unos tangos con una gran dulzura y una gran entrega. Es un regalo. No me esperaba a mis 50 años tener la suerte de estar con estos artistas a un nivel tan grande. El día 14 también espero contar con alguna sorpresa para deleitarnos en el concierto.

¿Cómo ves la apuesta que se quiere hacer por el flamenco desde Jerez con este ciclo Caló flamenco y las iniciativas que se quieren poner en marcha como el Museo del Flamenco?

—Jerez es flamenca por los cuatro costados, quien no se pega sus pataitas y tiene su compás. Tenemos esa gran suerte. Y veo muy bien la comunión entre movimientos culturales, con el Ayuntamiento y la Junta para darle su sitio. Ya hicimos entrevistas para el proyecto de ese Museo tan deseado y tan apreciado. Hay gente joven con mucha fuerza en Jerez. La familia de los Carpio, que es una alegría y una maravilla, los Mijita, los Sordera, la niña de Vicente Soto que canta muy bonito, la de Terremotito... Hay gente, chavales jóvenes que hacen flamenco puro, delicado, rancio, donde están los pilares del flamenco de aquí, y hay que sentirse orgullosos de que Jerez esté en el mundo y hay que decirle al mundo que Jerez aun sigue siendo flamenco puro, aparte del mestizaje, pero que se puede tirar de las riendas y abrir las ventanas al mundo de que se está haciendo un flamenco muy puro y podemos sentirnos muy orgullosos.

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