Rodeado de fieles rocieros y con los colores amarillos y blanco del Vaticano -por cumplirse 25 años de la visita del Papa Juan Pablo II a Huelva y a El Rocío-, el Simpecado de la Hermandad del Rocío de Huelva inició su reencuentro con la Blanca Paloma a primera hora de este soleado y caluroso jueves.
Tras la misa de los romeros, la hermana mayor de la hermandad, Cinta Burguillos, dio sus primeros vivas y explicó a Viva Huelva que vivía el día “más especial” de su vida. En las calles, miles de onubenses, unos repletos de alegría, otros con las típicas lágrimas de recuerdos de tiempos atrás y otros con muchas ganas de jolgorio.
La devoción rociera se vivió en cada rincón del paso de la Hermandad de Huelva. Uno de ellos fue en el Monumento situado en la plaza de El Punto que lleva su nombre. Miles de onubenses se arremolinaron junto al Simpecado y un hermano de la hermandad colocó un enorme ramo a los pies de la Virgen, a quien se le dijo “guapa y bonita”.
Poco después, desde la Diputación Provincial y la Subdelegación del Gobierno llevaron a cabo su tradicional ofrenda floral. Pero el momento más emotivo fue a las puertas del Ayuntamiento capitalino. Una actuación de un coro onubense derrochó pasión al cantar la Salve Rociera y eso de “¡Mi Huelva tiene una ría!”. En mitad de ese éxtasis rociero se produjo la petalada desde el tejado del Consistorio. Allí, algún miembro de la corporación municipal rompió a llorar de la emoción. El alcalde de Huelva, Gabriel Cruz, algo emocionado, deseó un buen camino y feliz Rocío a Cinta Burguillos.
Poco después, el alcalde miraba el reloj para ver cuánto le quedaba para emprender su camino hacia la aldea almonteña. Posteriormente, los bueyes del Simpecado de la Hermandad de Huelva tiraron hacia la Comandancia de Marina, donde se entonó una emocionada Salve Marinera y ese ritmo que dice “Salve, estrella de los mares”.
De ahí, una comitiva compuesta por unos 2.000 caballistas, más de 6.000 peregrinos a pie y 54 carros tradicionales; 8 carros cuadrados; 25 jardineras y 41 tractores puso rumbo a la Punta del Sebo, para posteriormente adentrarse en las arenas. Bailes de sevillanas, rebujito y buen ambiente, protagonistas en la primera jornada de la Hermandad de Huelva, que ya encara su reencuentro con la Virgen del Rocío.