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La UE y China, un nuevo eje por el cambio climático de cartón piedra

Los líderes de la Unión Europea (UE) y China mostraron este viernes su colaboración como nuevo frente común

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  • Contaminación en China -

Los líderes de la Unión Europea (UE) y China mostraron este viernes su colaboración como nuevo frente común en la lucha contra el cambio climático en contraposición a EEUU, aunque la rubrica final del pacto por el medioambiente fue rehén de sus discrepancias comerciales.

En el interés de formar parte de un nuevo eje UE-China en la nueva era con Donald Trump en la Casa Blanca, Bruselas está más interesada en la lucha contra el cambio climático, mientras que China quiere un socio comercial flexible ahora que EEUU se repliega en el proteccionismo.

Este viernes, el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, su homólogo de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, y el primer ministro chino, Li Keqiang, comparecieron ante los medios para mostrarse como actores "responsables" de la historia frente a Trump, un día después de que el presidente de EEUU anunciara la decisión de retirar a Estados Unidos del Acuerdo de París contra el cambio climático firmado por 195 países.

"Mientras China y la UE se comprometen con las futuras generaciones, EEUU comete un error histórico", defendió Tusk ante los periodistas.

"La colaboración de la UE y China será muy útil en un mundo cada día más inestable", señaló Li confirmando el refuerzo de la asociación entre Europa y el gigante asiático.

Los mandatarios tardaron sin embargo más de tres horas en situarse frente a los periodistas, en una rueda de prensa que pareció marcada por la buena sintonía y en la que incluso Li bromeó sobre un aparato de traducción que no funcionaba: "no es hecho en China", dijo para desatar las risas.

Juncker aseguró que la extensión por tres horas de la reunión entre líderes "era buena noticia", señal de entendimiento, porque según él, "las reuniones más cortas son en las que hay desacuerdo".

Sin embargo, tras el retraso estaba la discrepancia comercial que ha llevado a que China no quisiera rubricar el acuerdo de París del clima, a pesar de que lo contrario parecía derivarse de sus palabras y hasta algunas ONG ya se felicitaban públicamente por el hito en sus comunicados.

Fuentes del Consejo dijeron a Efe que aunque sí hubo "progresos" sobre el Acuerdo de París, la rubrica de Pekín llegará "más adelante".

La disputa comercial que mantiene Pekín con la UE pasa porque Europa considere al socio asiático economía de mercado y así no le aplique la férrea legislación antidumping y otras medidas de competencia comercial desleal.

China pretende ese reconocimiento, que le dejaría libre de aplicación de las normas de la Organización Mundial del Comercio (OMC) en muchas disputas sobre aranceles, tarifas y "dumpings". Lo pretende no solo de la UE, sino también de Japón y EEUU.

Así, al negarse la Unión en ese punto, no se firmaron las conclusiones por escrito preparadas para la reunión, incluido el punto sobre el clima, que quedaron en mero progreso de palabra.

El socio chino tiene además otros puntos negros. La UE tuvo que abordar con Pekín asuntos candentes en la región como la escalada nuclear de Corea del Norte y las tensiones en el mar de China Meridional.

Igualmente, reclamaron a Pekín avances a propósito de los Derechos Humanos, la asignatura siempre pendiente de Pekín. En concreto, tendieron la mano para colaborar en asuntos como el respeto a la libertad de expresión y de asociación, así como el respeto a las minorías.

Con todo, lejos quedan ya las cumbres con China de hace algunos años, cuando los primeros ministros chinos no querían comparecer ante la prensa internacional. Un avance, como otros, que quizá solo sea de cara a la galería.

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