"Al cielo con ella”. Silvia, una de las 48 mujeres que conforman el cuerpo de costaleras de María Santísima del Mayor Dolor, animaba con orgullo a sus compañeras cuando, minutos antes de las seis de la tarde, cruzaba el dintel de la iglesia parroquial de Santa María Magdalena. Y no era para menos.
Las costaleras de La Magdalena conmemoran en esta Semana Santa los 25 años desde la creación de ese cuerpo femenino, algo hasta entonces inédito en la Semana de Pasión jienense y que, sin duda, marcó un antes y un después en los desfiles procesionales. Hasta 1992, el trono de María Santísima del Mayor Dolor (una imagen de Alfredo Muñoz Arcos de 1946) y, junto a ella, San Juan Evangelista (anónimo del siglo XIX), tenía que ser portado con ruedas, pero el arrojo y el fervor de las mujeres del barrio las llevó a convertirse en pioneras en el mundo costalero.
El ‘Tiempo de Clemencia’ que puede leerse en el cartel gigante que cuelga de la fachada de la majestuosa iglesia de la parroquia de La Magdalena, la más antigua de Jaén, templo construido entre los siglos XV y XVI sobre una antigua mezquita del siglo IX, es también tiempo de saetas, como la que le cantó al Cristo de la Clemencia María Carmen Mesa, una de las habituales, o las de Rafael Maeras y su sobrino en la calle Maestra, también un clásico en este desfile procesional.
También el tenor Miguel Ángel Ruiz emocionó a las costaleras y al gentío que abarrotaba la plaza de La Magdalena cantándole con su poderosa voz a María Santísima del Mayor Dolor.
Y no menos lujoso es el acompañamiento musical de los tres pasos de esta cofradía: La Agrupación Musical Nuestro Padre Jesús Cautivo, de Villa del Río (Córdoba), para el paso de misterio; la Banda de Cornetas y Tambores Nuestra Señora de la Caridad de Vélez Málaga, para el paso de Cristo; y la Banda Municipal de Música de Escañuela, que acompañó un año más al paso de palio, justo detrás de María Santísima del Mayor Dolor.
Clemencia, costaleras (también costaleros) y saetas se fusionan en una estampa sin igual de la Semana Santa jienense en el barrio de La Magdalena.Sin duda, uno de los desfiles más arraigados de la Semana de Pasión jaenera y donde se percibe con mayor pasión el fervor del pueblo con sus imágenes.
Pese al calor sofocante que reinaba a las cinco de la tarde en la plaza de La Magdalena, centenares de personas, muchas de ellas desde lo más alto de sus balcones y terrazas, se agolparon para ver salir, primero a Nuestro Padre Jesús de la Caída (imagen de Emilio Navas Parejo, de 1956); después al Cristo de la Clemencia (de Salvador Cuéllar, de 1593), estando al pie de la Cruz Santa María Magdalena (atribuida a Mateo de Medina, en el siglo XVIII); y finalmente, la apoteósis con la salida de María Santísima del Mayor Dolor. Entre vítores y gritos de “guapa, guapa, guapa” la Virgen era procesionada por uno de los barrios de referencia del Jaén más antigo, del Jaén más histórico. Y bajo el trono, las 48 mujeres del cuerpo de costaleras, altivas y devotas, reivindicando que hace 25 años que acuden fieles a la cita con su Virgen y, de paso, recordando a los jienenses que fue entonces cuando la historia de la Semana Santa de Jaén empezó a escribirse también por mujeres.
Jaén
Clemencia, costaleras y saetas
El barrio de La Magdalena vibra y se emociona con la procesión de la Clemencia, y las 48 costaleras reivindican los 25 años de la llegada de la mujer
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