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El Gallinero

“Los cambios en el COAC han venido para mejorar las cosas”

De todas las voces que tiene el Carnaval de Cádiz, hay una que destaca por encima de las demás y es esperada por todos, la de Eduardo Bablé

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  • eduardo bablé -

De todas las voces que tiene el Carnaval de Cádiz, hay una que destaca por encima de las demás y que es esperada por todos los aficionados cada año. La voz de Eduardo Bablé Neira da el pistoletazo de salida al COAC y sirve de puente entre las agrupaciones y los aficionados al inicio de cada sesión.

Hemos tenido la suerte de hablar con él para intentar que nos desvele todos sus secretos de bambalinas, donde, ya sea en smoking o con voz en off, realiza su tarea cada noche dándole voz al Concurso Oficial de Agrupaciones Carnavalescas de la ciudad de Cádiz.

—¿Qué significa ser la “voz del COAC” para ti?
—Para mí es un gran honor y un enorme privilegio porque además nunca fue una cosa que yo buscara. Fue algo que llegó y con el paso de los años se fue afianzando. El primer año con este cometido pensé que sería el único, pero después hubo un segundo y un tercero, hasta llegar al presente año.

—El año pasado no pudiste presentar el Concurso ¿cómo lo viviste?
—Fue muy duro para mí, porque además el problema que tuve me impedía ver, pero recordé aquellos tiempos en los que escuchaba el Concurso por Radio Juventud y Radio Cádiz y en parte fue algo emotivo para mí. Eso sí, no lo repetiría porque eché de menos muchas cosas y lo pasé un poco mal con el problema que tuve.

—¿Cómo ves el nuevo formato de COAC con el cambio de reglamento?
—Muy bien, eran viejas aspiraciones y creo que las cosas están funcionando mejor. Por ejemplo, haber adelantado los horarios permite que el teatro se pueda llenar en días entre semana, cosa que otros años no ocurría. Habrá que esperar a que termine el concurso, pero creo que los cambios son todo un acierto y que vienen para quedarse, aunque siempre hay margen de mejora.

—¿Es complicado presentar el Concurso formando parte de él como componente de un coro?
—Las nuevas tecnologías ayudan mucho y me permiten poder ensayar en casa con audios los días entre semana que tengo que presentar y los fines de semana sí puedo ir a los ensayos. Mis compañeros del coro me ayudan mucho y eso es muy de agradecer.Es algo que conlleva esfuerzo y trabajo, pero cuando a uno le gusta lo que hace trae muchísimas satisfacciones.

—Las bambalinas te suponen un sitio privilegiado para “espiar” a otros coros ¿Has aprovechado esto alguna vez?
—Siempre, pero no con mala intención. Aquí nadie tiene la llave del éxito y se puede aprender, no sólo de los demás coros, sino de todas las agrupaciones y constantemente te estás instruyendo y aprendiendo como hacer las cosas o como no hacerlas.

—¿Requiere un ensayo previo, al igual que con el coro, el presentar el Concurso cada año?
—Sí, yo me preparo mis cositas y cuando presento a mi coro, por ejemplo, ellos siempre están esperando algunas palabras de cariño por mi parte antes de empezar la actuación, lo que provoca a veces ciertos celos de otros coristas (risas). Aunque a veces esto a dado pie a situaciones un poco comprometidas, como el año pasado, que preparamos en secreto que yo presentase a mi coro sin estar presente en el teatro y al escuchar mi voz, la mitad de los componentes se emocionaron mucho, con todos los nervios previos a la actuación, y soltaron algunas lágrimas, lo que pudo haber sido un poco contraproducente en el rendimiento, pero al final salieron las cosas muy bien.

—De todos los años de COAC ¿recuerdas alguno por algún detalle en  especial?
—Han sido tantos años con tantas cosas especiales que es difícil escoger alguno en concreto, pero me quedo con el año 2004 en el que Ramón Peñalver y Paco Cárdenas, Junto con El Noly, me dedicaron un pasodoble con referencia a mi madre con la agrupación La Hermandad del M.O.P.U.. Yo no sabía nada y a día de hoy cuando lo recuerdo me sigue emocionando mucho. Es un gesto que siempre agradeceré a sus autores.

—¿Echas de menos algo que hubiera y ya no forme parte del COAC?
—Sin lugar a dudas, el calor de los camerinos. Hay muchísima frialdad y seriedad en los componentes de todas las agrupaciones, cuando hace unos años los camerinos eran una auténtica fiesta. Ahora la gente viene con cajas de agua en vez de vino y llegan, calientan voces, actúan y se marchan, dejando en los camerinos una frialdad que no había hace unos años atrás.

—Para finalizar, alguien que pasa tanto tiempo de Concurso en el Falla debe de tener un sitio favorito en el Teatro...
—Mi sitio está entre bambalinas y no lo cambio por ningún otro. Es un lugar frío, pero sólo en temperatura porque coge toda la corriente de aire al abrir las puertas exteriores del Falla. Ese es mi rinconcito, desde donde mejor veo toda la magia del Concurso, los autores sufriendo, las reacciones de los componentes tras la bajada de telón, los montajes, los consejos y ánimos previas a las actuaciones... Creo que soy un privilegiado y espero poder serlo durante mucho tiempo más.

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