La comparsa de Alvarado se presenta con unos ancianos jugadores de la petanca que derrochan una afinación destacada y un buen gusto con su conjunción musical. En su primer pasodoble comparan el disfrute que siente con sus nietos ahora y el que tuvo con sus hijos en su niñez.
Viejos pero con mucha fuerza y pasión, derrochan mucho sentimentalismo en sus letras con la añoranza de su viuda en su segundo pasodoble.
Estos sevillanos despliegan una partida que ganan y convencen. Buen pase y buen gusto.